Seis trucos para que los más pequeños de la casa coman fruta

La fruta es un elemento capital en la salud de todas las personas y, muy especialmente, cuando se trata de niños. Sin embargo, con frecuencia estos se resisten a comerla, algo que también sucede con la verdura.

Como consecuencia de ello, se alejan de una alimentación infantil saludable, ya que dejan de ingerir alimentos ricos en vitaminas y otros nutrientes fundamentales para su crecimiento y su salud.

Según el estudio COSI realizado por la OMS en toda Europa sobre la obesidad Infantil, solo un 40 % de los niños europeos comen frutas frescas todos los días, y apenas un 20 % consumen verduras a diario.

Ahora bien, no es una batalla perdida. Al contrario, si actúas con imaginación y empatía, empezarás a familiarizarlos con el consumo de todo tipo de frutas.

En este post, precisamente, te presentamos algunos trucos útiles para acostumbrarlos a comer este sano y sabroso alimento.

Seis consejos para que los niños coman fruta

En tu propósito de habituar a tus peques a las ingestas frutales, hay una serie de estrategias que van a ayudarte enormemente. Hemos seleccionado media docena de trucos favorables a tus objetivos.

1. Sé un ejemplo permanente

Los niños son esponjas: se fijan en su entorno para aprender por imitación y, sobre todo, se apoyan en lo que ven hacer a sus seres más queridos o admirados.

¿A que a tu pequeño le encanta jugar a ser mayor y parecerse a ti o a la gente que ama? Si los adultos no toman frutas en su casa, él no se sentirá movido a hacerlo. ¡No tiene referentes al respecto!

Es imprescindible que ellos puedan verte comer todo tipo de piezas y, en lo posible, compartir a su lado esta experiencia. En los postres de las comidas o las cenas, en el desayuno o en las meriendas, cuando coméis en familia y os ven degustar con satisfacción esos productos frutales, se sienten atraídos hacia ellos.

Todas las empresas y los profesionales de la nutrición afirman que el ejemplo es irrenunciable. En este caso, debes empezar dándole la vuelta a aquello de «consejos vendo que para mí no tengo». No solo inspirarás su imitación, también tú te beneficiarás de una dieta más saludable y vitaminada.

2. Haz las frutas accesibles

Piensa en un coco. Si lo ves bien cortadito en una bandeja refrescante, se te irá la mano a tomar un trozo y degustarlo. Si te lo encuentras sin abrir en un estado completamente agreste, posiblemente elegirás otro piscolabis diferente.

Salvando las distancias, esto es lo que les ocurre a nuestros niños a menudo. Pelar una naranja o abrir un melón o una sandía puede resultarles algo inalcanzable o desmotivador.

Por eso es tan importante que vean las frutas a su alrededor y las encuentren accesibles. ¿Quién puede resistirse a un llamativo bol de melón y sandía listo para ser degustado?

Tienes que aprovechar el gran impacto visual que tienen las piezas frutales, sobre todo entre los niños. Si las mezclas con acierto, se convierten en una fuente multicolor con un gran atractivo. La macedonia ya preparada les resulta, por ello, mucho más llamativa que una pieza única. ¡Deja a la vista estas fuentes ya cortadas y sus deditos no tardarán en elegirlas!

Otra alternativa son las brochetas frutales: en cuanto las ven preparadas, sienten la necesidad de saborearlas.

3. Mézclalas con los productos que les gustan

Esta sugerencia puedes aplicarla para cualquier alimento que desees introducir en su dieta. ¡Combínalo con otro que le encante!

En el caso de las frutas, te sugerimos mezclarlas con leche —incluso chocolateada— o con yogur. Es algo habitual en la industria láctea, pero tú puedes preparar estas combinaciones en plan casero de un modo más sugerente.

También es una buena opción incluir frutas en ensaladas, salsas o gazpachos. El melón, la sandía, la manzana, la piña o los frutos del bosque son alternativas polivalentes al respecto.

Incluso puedes plantearte recetas más elaboradas: algunos burgers ya comercializan hamburguesas condimentadas con rodajas de plátano. ¿Crees que les gustarán a tus hijos?

4. Crea presentaciones divertidas

No hace falta ser un chef con estrella Michelin para saber que la comida entra por los ojos. El emplatado es el punto de partida para despertar el interés, incluso el deseo, de saborear una receta.

Aporta creatividad a tus presentaciones. Una fórmula tan sencilla como crear un rostro sobre el plato con un par de ciruelas como ojos, una frambuesa por nariz y un plátano ya pelado como boca sonriente convierte ese plato en una auténtica experiencia para los chiquitines.

Antes hemos hablado de la imitación como factor de aprendizaje en la infancia. Recuerda cuál es el otro recurso fundamental que se utiliza: el juego. Enséñales a comer bien mediante la diversión, el entretenimiento y la alegría.

Seguro que se te ocurren un montón de innovadoras ideas para que las frutas se incorporen a ese imaginario infantil tan estimulante como imaginativo. ¿Has compartido alguna vez una fondue con tus hijos? Quizás el chocolate líquido con frutas variadas sea la opción perfecta para este bautismo.

5. Dales zumos y batidos

Aunque perdemos algunas de las propiedades de las frutas, es otra alternativa interesante. Siempre sin abusar ni sustituir por completo la ingesta de piezas.

A través de este proceso, puedes combinar opciones y crear sabores diferentes, siempre estimulantes. Es un muy buen recurso para empezar a acostumbrar al peque a aquellas variedades que menos le gustan.

En épocas calurosas, su inmediato efecto refrescante hace a estas propuestas irrechazables. ¡Qué sensación tan agradable producen! Es un atajo impecable para familiarizar a tus hijos con un montón de frutas.

6. Aplica una estrategia de comunicación

No te preocupes en exceso, no necesitas tener un máster de marketing y comunicación para hacer de tu hijo un buen consumidor frutal. Pero sí te van a venir bien algunas pautas de comunicación. Sobre todo dos:

  1. Promueve su participación al preparar las frutas. Pídele que te ayude al realizar la macedonia o las brochetas, los zumos, los batidos… Y déjale decidir qué postre frutal vais a comer.
  2. No le presiones. A través del ejemplo y los trucos mencionados, poco a poco irás venciendo sus objeciones. Déjalo a su ritmo. Si le exiges o le impones su consumo de un modo excesivo, el efecto que producirás será el contrario al buscado.

¿Por qué es imprescindible que los niños coman fruta?

Es importante que nuestros peques coman de todo: es el único camino que nos permite garantizarles una alimentación infantil saludable.

Pero, en el caso de las frutas, sus aportes positivos son tan numerosos como imprescindibles. Entre ellos:

  1. Son muy nutritivas y tienen vitaminas.
  2. Sacian sin engordar, por lo que frenan la obesidad y la anemia.
  3. Son bajas en grasas y, cuando las tienen, son saludables, como ocurre con el aguacate.
  4. Aportan hidratación y frescura.
  5. Previenen enfermedades por su carácter antioxidante y su refuerzo al sistema inmunológico.
  6. Calman las ansias de comer de un modo más saludable que otros productos, especialmente los refinados.
  7. Mejoran el funcionamiento digestivo por la presencia de fibras.

En definitiva, la fruta no deben faltar en la alimentación habitual de los niños. Si quieres vencer su rechazo inicial, apuesta por la creatividad y la mano izquierda. Aplica estos consejos y todo resultará mucho más fácil, de modo natural y al ritmo de cada uno de tus hijos.