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Escucha a la voz de la experiencia

La madurez aporta experiencia y sabiduría. Sin embargo, los años se perciben, en ocasiones, desde  un punto de vista negativo. El edadismo es el reflejo de los prejuicios que dan lugar a una imagen  estereotipada del envejecimiento. Las líneas de expresión del rostro contienen la belleza de las  vivencias vividas. Recuerda que las personas mayores  de 50 años aportan conocimiento, resiliencia y valores a la sociedad.

La campaña Arrugas, impulsada por la familia Bruñó, rinde homenaje a la tercera edad. Lo hace a  través de una metáfora visual que expresa un mensaje claro. Los melones de piel de sapo,  caracterizados por sus arrugas, tienen la máxima calidad y dulzura. Esta fruta es muy saludable.  Pero, además, el melón también se convierte en el símbolo del mensaje de una campaña inspiradora.  Recuerda que las personas mayores, por tanto, son un ejemplo constante.

El papel de los mayores en los medios de comunicación 

Como puedes observar, los medios de comunicación tienen un gran nivel de alcance. ¿Y qué imagen  se transmite de los mayores, a rasgos generales, a través de estos canales? Muchos de los mayores  no se sienten identificados con los contenidos que observan en los medios de comunicación. Por  ejemplo, las películas románticas muestran historias de amor que están protagonizadas,  habitualmente, por personas jóvenes.

Algunos actores y actrices dan testimonio, a través de su propio ejemplo de vida, del potencial  creativo que existe en este periodo de la existencia. Concha Velasco, Lola Herrera, Meryl Streep, José  Sacristán y Diane Keaton comparten su talento interpretativo con el público. Pero no todos los  profesionales tienen la suerte de seguir desarrollando una carrera de éxito más allá de la juventud.

El papel de los mayores en los medios de comunicación queda desdibujado con el uso de términos  como anciano. Muchos hombres y mujeres de esta edad son voluntarios y colaboran con entidades  de ayuda social. Otros disfrutan de la felicidad de tener tiempo libre para hacer realidad sueños  importantes. Algunos alumnos vuelven a estudiar después de haber cumplido 50 años. Las empresas  familiares son un ejemplo de la importancia que tiene la transmisión de un conocimiento que pasa de  generación en generación. ¿Cuántas de esas historias quedan en un plano de invisibilidad en una  sociedad en la que la juventud es valorada como si objetivamente fuese un mérito personal? Es  esencial dar voz y testimonio al legado de los mayores.

Quien tiene un abuelo tiene un tesoro 

El abuelo es un mentor que comparte con su nieto las memorias de su propia vida. Este diálogo  intergeneracional une a las familias. Más allá de la diferencia de edad, este vínculo afectivo se  caracteriza por su máxima cercanía. Quien tiene un abuelo tiene un tesoro porque siente los efectos  positivos de su amor incondicional, sus buenos consejos, su escucha atenta y su acompañamiento.

Las acciones y palabras de los mayores dejan huella más allá de su ausencia. El testimonio de vida  de los mayores permanece en el legado de aquellos que los conocieron. Y es entonces cuando los  nietos, y otras personas como tú, dan voz a aquellas anécdotas que se convierten en inmortales. Ya  sabes que la sociedad actual es cambiante, pero algunos sentimientos permanecen. Y el amor  generoso de los abuelos es un ejemplo de ello. Una persona mayor puede desempeñar este rol en la  sociedad, pero también ocupa otros papeles relevantes: amigo, vecino, hijo o profesional.

¿Por qué nuestra sociedad necesita de las personas mayores?

Porque, por ley de vida, todos tenemos la posibilidad a nivel potencial de envejecer. Y las personas  mayores muestran un espejo en el que mirarnos a nosotros mismos. Y aquello que muestra el  ejemplo de los hombres y mujeres de más de 50 años está lejos de cualquier imagen estereotipada. Con frecuencia, los años están acompañados por nuevas oportunidades personales y profesionales.  Esta etapa también se caracteriza por la conquista de la serenidad interior. La persona valora de  forma consciente cada momento. De hecho, el significado de la palabra ahora adquiere una nueva  perspectiva cuando se percibe desde la sabiduría de la experiencia. Y el presente es un bien muy  preciado.

Las personas mayores estudian, trabajan, viajan, participan en actividades culturales, aprenden  competencias digitales y logran objetivos relevantes. Han tenido la posibilidad de adquirir una visión  más nítida de los aspectos más importantes de la vida: la felicidad, el amor, la amistad, la esperanza  y la solidaridad. Poseen una trayectoria que refuerza la autoridad de su testimonio.

Nuestra sociedad necesita de las personas mayores porque la verdadera evolución es aquella que  está alineada con el bien común. Y ellos son un ejemplo de resiliencia, constancia y compromiso.  Valores que otros jóvenes pueden modelar para ser más felices.

Y, sin embargo, el paro prolongado afecta de forma especial a este grupo de edad. La experiencia  acreditada en el currículum vitae no siempre se valora de la forma deseada. El edadismo en los  procesos de selección puede hacer que se descarte el talento de una persona que se encuentra en  esta etapa. También es habitual que los profesionales de más de 50 años tengan que reinventarse  laboralmente para abrir nuevas puertas.

Las dificultades en la búsqueda de empleo aumentan de forma notable. Ante el rápido avance de la  tecnología puede llegar a parecer que el perfil de algunos candidatos ha quedado desactualizado.  Pero este es otro prejuicio más, puesto que la capacidad de seguir aprendiendo acompaña a quienes  han cumplido 50 años. ¿Qué ocurre cuando una persona no se siente valorada a nivel profesional, a  pesar de tener tantas habilidades y competencias? El desempleo prolongado influye de forma  negativa en la autoestima de quienes buscan con constancia un empleo, sin encontrarlo.

¿Cómo reivindicar el papel de nuestros mayores en la sociedad? 

Como consecuencia del edadismo al que hemos hecho alusión previamente en este artículo, a veces,  se infantiliza a las personas que han superado una edad. En otros casos, se percibe esta etapa de la  vida como menos mágica que la juventud. Por ello, para reivindicar el papel de nuestros mayores en  la sociedad actual, en primer lugar, es fundamental escucharlos. Y los medios de comunicación  pueden ser un altavoz de esas historias únicas e irrepetibles. Pero la escucha comienza a practicarse  en el entorno familiar más cercano.

Por tanto, ejercita esta habilidad con aquellos mayores que te acompañan. Es importante ofrecer  oportunidades profesionales y personales a quienes tienen tanto que aportar a la sociedad. Y para  que eso sea posible es indispensable superar cualquier creencia limitante en torno a la vejez. Para  conocer a alguien tal y como es, conviene observar y escuchar de verdad. Solo así se superan los  prejuicios que están basados en interpretaciones equivocadas de la realidad.

La madurez es una expresión de plenitud en letras mayúsculas como recuerda el mensaje de nuestra  campaña. Las personas mayores han abierto caminos que fueron determinantes para las nuevas  generaciones. Y siguen inspirando con su humildad a todos aquellos que están a su alrededor. Por  ello, además de ser protagonistas de sus vidas, merecen tener esta visibilidad en la sociedad. Este es  el mensaje que queremos transmitir a través de la campaña Arrugas que puedes conocer en detalle  en nuestra web. ¡Descubre contenidos originales y únicos que te encantarán!

La naturaleza dice que estás en el punto justo de maduración. Piérdele el miedo a envejecer

Cuando has probado un melón en su punto óptimo de madurez, seguramente te has emocionado con su dulce sabor y esa textura tan sabrosa que no se puede olvidar. Esta fruta no es lo único que mejora con el tiempo, también lo hacen las personas. Por eso, hacerse mayor no debe implicarte ningún temor, ya que es una etapa preciosa de la vida que puede vivirse tan intensamente como cualquier otra e, incluso, mejor.

¿Por qué tenemos miedo a envejecer?
Envejecer suele implicar un gran temor para muchas personas. Por un lado, el cambio físico que representa ejerce sobre mucha gente una falta de aceptación. Las primeras arrugas a veces no son bien vistas por quienes las experimentan. Esto hace que sientan una autoestima baja y, en ocasiones, un rechazo social.

Por otro lado, como bien sabes, el hecho de madurar solo puede traerte beneficios, ya que sabes mejor que nadie lo que quieres y has vivido lo suficiente para saber qué es importante en la vida. A pesar de lo anterior, existen otros miedos que son difíciles de superar porque, de alguna forma, la edad y el paso de los años dejan mella.

Causas sociales
Aunque la sociedad reconozca a sus mayores, esto no suele ser suficiente para muchos de nosotros. La jubilación, deseada por algunos y temida por otros, implica un cambio drástico en nuestras vidas. Si eres de los que no desean jubilarse o ya has pasado por ello, sabrás que todo cambia a tu alrededor. Llegas a un estatus no siempre deseado e, incluso, corremos el riesgo de que nos traten como abuelos, a pesar de que ni siquiera tengamos nietos. Obviamente, tener nietos es una experiencia preciosa cuando se puede disfrutar de esos pequeños correteando por toda la casa, pero también es cierto que no nos vemos como abuelos hasta que se nos cae la baba con nuestros descendientes. Sólo pedimos que no nos vean como inútiles por llegar a cierta edad. Tanto hemos vivido que sería injusto si no nos tienen en cuenta.

Causas fisiológicas
No podemos escapar de las causas fisiológicas. Habrás notado que, conforme vas cumpliendo años, tu cuerpo va cambiando. Es normal que se te dificulten algunas cosas; obviamente, dejamos de ser chiquillos y comienzan los problemas hormonales, los dolores de huesos, cambios de presión y un etcétera tan largo que, mejor, ni pensarlo.
Después, tenemos esas enfermedades tan mal asociadas a la edad, como el Alzhéimer o el Parkinson, que realmente están asociadas a los genes, pero no podemos dejarnos caer en ellas conforme se cumplen los años. Así, si empezamos a notar algún olvido nos empezamos a dar cuenta de que nos hemos vuelto más hipocondríacos. Muchos se niegan a aceptar la edad y buscan verse joviales, pero todos sabemos que el cuerpo maduro no es el mismo que cuando éramos jóvenes. Aun así, no debes olvidarte de esas ventajas que los años te ofrecen. Sólo compárate con una fruta madura, como el melón.

Causas psicológicas
En verdad, existen más causas psicológicas relacionadas con el miedo a envejecer, en comparación con el estado físico. Vernos más incompetentes, al mismo tiempo que nos olvidamos de toda nuestra experiencia, o creernos inútiles cuando no lo somos, son algunas de las preocupaciones que nos afectan en cada cumpleaños.
Por otro lado, la juventud puede ser implacable con la gente madura, sobre todo si quiere competir con ella. Después, está el terror de ver cómo nos quedamos solos, aunque tengamos una enorme familia. Sentir que, poco a poco, los hijos van haciendo sus vidas y crean su hogar fuera del nuestro nos acerca al fantasma de la soledad. Del mismo modo, cuando examinamos toda nuestra existencia, a veces se nos puede hacer un nudo en la garganta si analizamos un pasado mucho más largo que el futuro que nos espera. Hemos vivido mucho, pero sabemos que nos queda aún mucho por conocer, a pesar de nuestra edad.

El proceso de maduración en la naturaleza
La fruta de temporada supone un disfrute mucho mayor que lo que nos producen otros alimentos. La naturaleza nos ha dotado de verdaderos manjares que no podemos dejar pasar. Por eso, esperar a esa fruta tan deseada, que tanto nos refresca, merece la pena. Lo único que pedimos es que esté madura, porque si no, no la querremos comprar. En ocasiones, la maduración de muchas frutas nos parece demasiado lenta e intentamos acelerarla con algunos trucos, para disfrutar lo antes posible de su sabor dulce. El proceso que debe alcanzar el producto para estar en su punto se parece mucho a la madurez humana.
La piel del melón se asemeja a la nuestra cuando llegamos a la madurez. La podemos sentir ligeramente rugosa y, en ocasiones, dura, pero sabemos que lo que alberga dentro es un fruto dulce y sabroso, que no nos queremos perder. Así debemos ver el pasar de los años. Las arrugas son lo de menos, una señal de que estás en la plenitud de tu vida, en el momento más jugoso de tu dulce existencia.

Luce tus arrugas con orgullo con estos consejos
Tener arrugas no es el fin del mundo. Olvídate de pensar en cirugías que las haga desaparecer o en productos que te hacen perder toda la expresión de tu rostro. La arruga es un símbolo de experiencia, a veces de lucha y, otras, de haber llevado una vida envidiable. Son muchas historias las que cuentan estas señales que, por lo general, aparecen en el rostro. Debes saber llevarlas con orgullo, porque son parte de ti y a mucha gente les parecen atractivas, aunque pienses lo contrario.

No escondas tus arrugas con maquillaje
Muchas mujeres deciden aplicar capas y capas de maquillaje con tal de hacer desaparecer esas señales de la edad. Cuando te aplicas tantos cosméticos, no solo estás maltratando más tu epidermis, sino que escondes esa esencia que hay en ti. Muestra que eres una persona con seguridad y deja la creencia de que el maquillaje te puede reducir años, ya que este, cuando se te pasa la mano, suele ser demasiado evidente para los demás.

A mucha gente le resulta más atractiva la arruga
Quizás estás pensando en esconder tus arrugas y, tal vez, a esa persona que estás por conocer le gusten. Si aún estás buscando una pareja, porque ya te enteraste que el amor no tiene edad, debes saber que siempre hay gente que ve en la arruga ese atractivo que representa la edad madura. Luce con orgullo esa experiencia que se muestra en tu rostro y no temas porque te vean como eres. Es posible que quieran conocer más de ti en la intimidad, así que no te escondas detrás de tratamientos sin sentido.

No dejes de cuidar tu piel
Aunque se te hayan marcado las primeras arrugas, que puedes lucir con la cabeza bien alta, siempre puedes cuidar tu piel de los agentes externos que suelen maltratarla. Por eso, nunca está de más que uses protección solar cada vez que salgas, así como cremas hidratantes, que otorguen suavidad a tu epidermis.
También deberás mantener una dieta adecuada, ya que cada alimento que ingieres queda reflejado en tu piel. Así que, evita el tabaco y el alcohol, optando por verduras y frutas, como el melón en su punto de madurez. Efectivamente, un melón en su punto óptimo de madurez se puede asemejar perfectamente a esa etapa de la vida que tanto solemos temer. Cumplir años es un privilegio, como probar la fruta que tenemos para ti.

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