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Beneficios de tomar alimentos de temporada

Optar por alimentos de temporada ofrece maravillosos beneficios. No sólo es una elección saludable para nuestro cuerpo, sino que también contribuye al cuidado del medioambiente.
¿Quieres descubrirlos? Cuando hablamos de alimentos de temporada, nos referimos a aquellos que se cultivan y se cosechan en la época del año en la que están naturalmente disponibles. En contraste, los alimentos fuera de temporada suelen ser producidos en invernaderos o viajar a largas distancias para llegar a nuestras mesas, lo que tiene un impacto negativo en el medioambiente.
Por eso, desde Bruñó consideramos que es imprescindible empezar a optar por alimentos de temporada. ¿Cuáles son los beneficios tanto para el planeta como para nuestro cuerpo?
¡Te los contamos ahora mismo!

  • Tienen mejor sabor y textura: los alimentos de temporada son recolectados en el momento óptimo de madurez, lo que se traduce en un sabor y una textura excepcionales. Desde jugosas frutas de verano hasta sabrosas verduras de otoño. Cada temporada tiene su propia oferta culinaria que vale la pena disfrutar.
  • Apoyo a la economía local: Al consumir alimentos de temporada, apoyamos a los agricultores locales. Esto promueve, en cierta medida, la agricultura sostenible y contribuye al desarrollo económico de nuestra comunidad. Además, al comprar directamente a los productores locales, eliminamos intermediarios y fomentamos un sistema más justo y equitativo.
  • Reducción de la huella de carbono: Al optar por alimentos de temporada, reducimos la necesidad de importar productos de otros países lejanos. Esto implica menos transporte y almacenamiento, lo que se traduce en una menor emisión de gases de efecto invernadero y un menor impacto en el cambio climático.
  • Variedad y conexión con la naturaleza: consumir alimentos de temporada nos permite disfrutar de una amplia variedad de productos a lo largo del año, siguiendo los ciclos naturales. Además, nos conecta con la naturaleza y nos hace apreciar la diversidad y la belleza de cada estación.

Ahora que conoces los beneficios de los alimentos de temporada, te estarás preguntando, ¿pero y cómo lo podemos incorporar en nuestra dieta diaria? Pues visitando mercados locales, apostando por marcas de proximidad como Bruñó o unirse a grupos de consumo responsable.
Ya sabes que optar por alimentos de temporada es una elección inteligente tanto para nuestro bienestar como para el planeta. Nos nutre de manera saludable, nos permite disfrutar de sabores auténticos y nos invita a formar parte de un sistema alimentario más sostenible. Ahora que viene el verano, las mejores frutas de temporada son nuestras sandías y melones Bruñó. ¡Así que vamos a deleitarnos con lo mejor que cada temporada tiene para ofrecer!

Cambios sencillos para cocinar de manera ecológica

En plena crisis climática, todos sabemos que nuestro granito de arena puede suponer un gran gesto para el cuidado del medioambiente. ¿Cómo? Pues bien, empezando desde casa. Ahorrando luz, evitando malgastar el agua y cocinando de otra manera. ¿Quieres cocinar de manera ecológica? Prueba a poner en práctica algunos de los consejos que te proponemos.

Termina tus platos con calor residual

¿Faltan unos minutos para que tu plato este listo? Pues, apaga la vitrocerámica o el sistema de cocinado que tengas y deja que se termine de cocinar con el calor residual. Aunque te parezca que unos minutos no pueden hacer nada por el planeta, todo suma. Además ahorrarás en la factura del gas o de la electricidad.

Aprovecha mejor el horno

El horno también supone un gasto energético alto. Así es que si lo vas a encender, aprovecha para cocinar varios platos al mismo tiempo. Para ello, puedes disponer varias bandejas en el interior y utilizar la parte baja para cocinar unas patatas asadas, por ejemplo. No uses el horno para cocinar un pequeño plato.

Usa el microondas y la olla exprés

Siempre que puedas apuesta por la olla exprés y el microondas. Cocinarás en menos tiempo y estarás reduciendo el gasto energético. Recuerda que en la olla rápida puedes hacer todo tipo de platos caseros como legumbres cocinadas al estilo tradicional o, incluso puedes cocer la pasta en tan solo unos minutos.

Haz platos más sostenibles

¿Te encantan los platos de la abuela que llevan varias horas de cocción? Además de sustituir la olla convencional por la rápida como te hemos indicado, apuesta por platos rápidos que no necesiten más que un par de minutos de cocción. El pescado y las verduras a la plancha o los revueltos de huevos con algún otro ingrediente son tan solo algunas ideas. Además, corta los alimentos en láminas finas para que se cocinen en mucho menos tiempo.

Un día sin cocinar

Puedes preparar platos muy ricos y nutritivos sin necesidad de usar el horno o la vitrocerámica. Por ejemplo, puedes cocinar ensaladas de hortalizas o de legumbres del supermercado ya cocidas. También puedes tomar un buen sándwich y si tienes comida del día anterior, puedes optar por ella.

Recicla los residuos

En la cocina es el lugar de la casa en el que se generan más basura. Es muy importante que recicles bien todos los residuos. Para ello, utiliza cubos de basura independientes, o divididos en apartados preparados para el reciclaje, para la basura orgánica, el plástico, el cartón y el vidrio. Y no te olvides de llevarlos a sus contenedores de reciclaje.

Compra utensilios sostenibles con el planeta

¿Quizás antes no te habías dado cuenta de cuántos utensilios de cocina tienes fabricados en plástico? ¿Tienes que renovarlos? Cómpralos fabricados en otros materiales. Por ejemplo, compra tuppers de cristal y tablas de cortar en madera en lugar de hacerlos en plástico. Siempre que puedas, recuerda: utiliza menaje y utensilios en madera, cristal y acero. Y cuando tengas una celebración, evita los vasos y platos de plástico que se suelen utilizar por bandejas y menaje reutilizable.

No tires la comida

Todo lo que te sobre guárdalo en tuppers, de cristal mucho mejor, y mételos en el frigorífico o el congelador. El gasto energético es menor cuando solo tienes que calentar una comida en un par de minutos y no cocinarla. Además, es una forma de ser más respetuosos con las personas de otras partes del planeta que no tienen la misma suerte que nosotros y no tienen qué comer cada día.

Haz un buen uso del agua

En la cocina solemos hacer un gran gasto de agua. ¿Cómo puedes evitarlo? Llena el lavavajillas a carga completa y, si no tienes y friegas a mano, trata de utilizar la menor cantidad de agua posible y de cerrar el grifo mientras estés enjabonando los platos. También puedes ponerreguladores de agua en los grifos. Además, puedes reutilizar el agua. Por ejemplo, lava tus verduras en un cuenco para evitar el desperdicio y aprovecha ese mismo agua para el cubo de fregar.

Conciencia al resto de la casa

Es importante que el resto de familiares de la casa tomen conciencia de lo importante que es ser ecológicos en la cocina. Indícales que tienen cubos de basura para distintos residuos y háblales de la importancia de ahorra agua y electricidad. Además, recuerda que la mejor manera de concienciar a otros es predicando con el ejemplo.

Por supuesto, todo lo que puedas añadir como tener electrodomésticos A+++ o usar bombillas de bajo consumo ayudarán a cuidar el planeta y además, te ayudarán a ahorrar. Si buscas ideas para platos, mira en nuestra sección de recetas Casa Bruñó todas las opciones que te proponemos. Gracias por ayudarnos a cuidar el planeta.

¿Cómo reducir la huella de carbono y el consumo de energía a través de la alimentación? Ahorra y cuida el planeta.

Como bien sabes, la huella de carbono es el volumen total que producen las actividades económicas y las cotidianas de gases de efecto invernadero, especialmente, de dióxido de carbono). Y bien, todos queremos colaborar pero, ¿qué es lo que podemos hacer cada uno de nosotros como individuos para colaborar en esa mejora medioambiental tan necesaria? Hoy te damos algunos consejos para gastar menos y reducir nuestra pequeña huella.

Consejos para reducir la huella de carbono en la alimentación y en la cocina

Reciclar más y mejor
Durante los últimos años, nos hemos familiarizado con la clasificación de residuos y los colores de los contenedores donde los hemos de introducir. Sin duda alguna, las familias van un paso por delante de las instituciones a la hora de reciclar. Pero ¿estás seguro de que reciclas todo lo que puedes?
El aceite usado aún es una cuenta pendiente. Debería ir a un contenedor naranja que no es accesible para toda la población. Te invitamos a que localices el que tengas más cercano y no tires por el desagüe el que deseas desechar. Mejor aún si te atreves a utilizarlo para elaborar un buen jabón natural.

Desperdicio cero
Sin duda, es un gran reto. Si posees espacio al aire libre en casa y te encantan las plantas, con los restos orgánicos que originas en la cocina, podrías crear un poco de compost. Basta un pequeño bidón con unos agujeros e introducir ahí las pieles de las frutas y hortalizas, los restos de comida, etc. y tus plantas recibirán el mejor fertilizante para crecer sanas.

Eliminación del plástico en la bolsa de la compra
Seguro que sabes que toda la sociedad hace un esfuerzo enorme para eliminar el plástico de sus vidas. No se trata ya de que reutilices las bolsas una y otra vez, las de tela van a cumplir a la perfección su función y no contaminan ni en su fabricación ni en su reciclaje.

Compra alimentos de proximidad
El transporte de los productos que consumes emiten gases contaminantes. Por esta razón, lo más conveniente es que utilices alimentos que se produzcan cerca de casa. Para no equivocarte, mira la procedencia en la etiqueta antes de comprar.

Consume productos de temporada
Además de notarlo en el bolsillo, en el sabor y en sus propiedades nutricionales, son más sostenibles. Está claro que las frutas y verduras ecológicas prescinden de plaguicidas y fertilizantes. Sin embargo, hay que decir que los productos de temporada requieren muchas menos sustancias que cuando no lo son. Forzar el crecimiento en un clima o temporada adversos nos hace pagar un alto precio medioambiental.

Reduce o elimina el consumo de carne
Aquí, nos debemos detener un poco más. La carne es el alimento más nefasto para el clima. Según la FAO, la ganadería ocasiona cerca del 15 % de las emisiones. De todas las variantes, la del ganado vacuno es la más nociva. A la carne de vacuno, le sigue de cerca la de cordero.

Más allá de una moda, el incremento creciente de personas que apuestan por las dietas vegetarianas y veganas en los últimos tiempos obedece a esta toma de conciencia.
No te vamos a pedir que elimines las carnes de tu dieta. Sin embargo, puedes ayudar al planeta haciendo platos en los que la carne sea un ingrediente más y no el único plato.

Presta atención al consumo de lácteos
La producción de leche de origen animal emite el doble de gases que las de origen vegetal, mucho menos, si se trata de la bebida de almendras. Además, ten en cuenta que las almendras españolas son de excelente calidad.

Cuida la limpieza del frigorífico y del congelador
Si dejas el hielo pegado en las paredes de tu congelador, vas a necesitar mucha más energía eléctrica para mantener las bajas temperaturas que requiere. Por otro lado, las bolsas habituales que utilizamos para que contengan los alimentos dentro del frigorífico actúan de barrera y obligan a demandar más electricidad para conservarlas. Si evitas los empaquetados y el hielo, tu nevera será mucho más eficiente.

Cocina para varios días
Si, a la hora de cocinar tus guisos, prevés raciones para dos o tres días y las congelas, ahorrarás mucho dinero en consumo eléctrico e ingredientes, y de tiempo. Es cierto que no todos los alimentos sirven para congelar, pero merece la pena que te informes al respecto porque, además de ayudar al planeta, te ayudará a ti.

En definitiva, los consejos que te hemos proporcionado solamente suponen un pequeño gesto que, si lo interiorizas, contribuye a ese cambio de mentalidad tan necesario sin que renuncies a nada si no estás preparado. Disminuir la huella de carbono personal depende de ti. Prueba estos consejos y verás como además de cuidar el planeta, ahorras.

5 Ventajas de consumir alimentos de temporada

Cada estación tiene sus alimentos de temporada y consumirlos solo tiene ventajas. Te explicamos cuáles son las principales ventajas de consumirlos. Si quieres saber cuáles son los principales alimentos de otoño puedes ver nuestro último post. (meter enlace post anterior)

  1. Incremento del ahorro
    El coste de la cesta de la compra se reduce cuando priorizas los productos de la temporada en la que te encuentras. No solo están en su mejor momento de sabor, sino que también presentan un precio muy atractivo. Por otra parte, tienen una agradable textura y un bonito color.
  2. Importante valor nutritivo
    El alimento mantiene todas sus propiedades, características, matices y cualidades esenciales. Y, en consecuencia, destaca por su calidad nutricional. Los artículos de la temporada tienen un delicioso sabor. Ricos en vitaminas y minerales que son de vital importancia para el organismo. Cuando practicas el consumo responsable respetas el ciclo natural de los alimentos. Ten en cuenta que la calidad no solo se percibe en el sabor, sino también en los matices y en la textura. 
  3. Son básicos para elaborar las recetas de temporada
    Los productos que adquieren una gran visibilidad en esta época del año, también tienen una mayor presencia en la mesa. Se utilizan para elaborar recetas caseras y platos tradicionales que pasan de generación en generación. Elaboraciones que, por otra parte, son esenciales para que hagas frente a cada jornada. Así alimentas tus defensas.
  4. Impacto positivo en el entorno
    Una alimentación consciente refuerza el bienestar personal y familiar. Los beneficios derivados de este estilo de vida van más allá del plano individual. Repercuten de forma positiva en el cuidado y protección del planeta. Cuando programas con calma las comidas de la próxima semana, potencias el fortalecimiento de hábitos saludables. Además, recuerda que el consumo responsable también educa a los niños en valores positivos.
  5. Motivación personal
    Degustar el sabor de las frutas y verduras de la temporada incrementa la ilusión en la mesa, y por tanto, estos productos son ideales para reforzar una dieta variada y equilibrada.
    Es positivo que tengas en cuenta cuáles son tus necesidades nutricionales. Pero la cesta de la compra también puede ser el reflejo de valores sostenibles. Y cuando cuidas la naturaleza, también te proteges a ti mismo. 

Esperamos que estos consejos te animen a elegir productos de temporada para poder ahorrar dinero, pero sin tener que evitar productos de calidad. Si quieres más consejos y recetas échale un vistazo a nuestras recetas en Casa Bruñó y celebra el cambio de cada temporada con deliciosas recetas.

 

11 maneras de ahorrar agua para proteger el medioambiente

Abrir un grifo y que salga agua potable no es un hecho habitual en el mundo en que vivimos. Debemos pensar a escala global para ahorrar agua. Nuestro planeta lo pide a gritos. Para que tú también contribuyas a preservar el medioambiente vamos a darte 11 consejos. Recuerda que si todos ponemos nuestro granito de arena, podemos conseguir grandes logros.

Apúntate el reto de ahorrar agua con estos 11 consejos

Ahorrar agua es posible si realmente te lo planteas como un reto. Con pequeños hábitos continuos puedes conseguirlo y con muy buenos resultados. ¿No sabes cómo? Te damos algunas formas de economizar agua. Toma nota.

1. Aprovecha el agua al máximo

¿Te has parado a pensar en el agua que se desperdicia mientras esperamos a que se caliente cuando nos duchamos o el agua del aire acondicionado? Aprovéchala al máximo. Pon una palangana o un cubo para recoger todo el agua de la ducha que antes desechabas porque estaba fría y aprovecha el agua del bidón de aire acondicionado para fregar o regar las macetas.

2. No dejes los grifos abiertos

¿Tienes la costumbre de dejarte el grifo abierto mientras friegas los platos, te lavas los dientes, te afeitas o te enjabonas el cuerpo en la ducha? Olvida de una vez esa costumbre. Abre el grifo solo cuando vayas realmente a utilizarlo y procura usarlo con menor caudal. Para ello, puedes usar reductores o aireadores de caudal. Para lavarte los dientes, puedes llenar un vaso de agua para reducir su consumo.

3. Usa los electrodomésticos a carga completa y electrodomésticos A+++

No pongas nunca una lavadora o un lavavajillas a medio llenar. Estarás haciendo un gasto innecesario no solo de agua, sino también de electricidad. No los pongas hasta que estén cargados al completo, aunque ello te lleve un par de días. Y si tienes que comprar un nuevo electrodoméstico, recuerda que tenga el etiquetado A+++.

4. Sustituye el baño por la ducha

Bañarse consume una cantidad de agua increíble. En el caso de que tengas que hacerlo porque tienes niños muy pequeños y necesitan un baño, aprovecha este agua para fregar, por ejemplo. Pero excepto este caso, lo mejor es que sustituyas el baño por una ducha ligera.

Y si quieres una apuesta algo más radical, usa un barreño y un cazo para lavarte dentro de la ducha de vez en cuando. Esta idea es perfecta cuando estás limpio, pero necesitas refrescarte por el calor.

5. Usa vajillas y manteles desechables cuando tengas invitados

¿Tienes muchos invitados a casa y encima no tienes un lavavajillas que ahorra más agua que lavando los platos a mano? Usa una vajilla, unos vasos y una mantelería desechables, ahorrarás tiempo y agua. Actualmente hay vajillas y manteles desechables tan bonitos que podrás arreglar una preciosa mesa para invitados.

6. Arregla las fugas de agua y otras ideas relacionadas

Las fugas de agua pueden gastar mucha más agua de la que piensas. Revisa este aspecto al menos una vez al año. Si tienes dudas a este respecto, lo mejor es que contrates a un profesional que te lo revise.

Recuerda también cerrar muy bien los grifos una vez que hayas terminado la tarea. Y si vas a estar un tiempo fuera de casa, cierra las llaves del agua.

7. No tires de la cisterna con frecuencia

Cada vez que estás tirando de la cisterna estás desperdiciando entre 5 y 20 litros de agua… ¡una barbaridad! Tira de ella solo cuando realmente haga falta. Y para gastar menos agua hay un truco que siempre funciona: si tu cisterna no tiene doble pulsador de ahorrador de agua, pon una botella llena de agua y dispuesta sobre el inodoro de pie. Tan sencillo como eficaz. También puedes utilizar el agua que tengas en el bidón del aire acondicionado o del baño de los niños para usar en el váter.

8. Recoge el agua de la lluvia

El agua de la lluvia es un regalo que nos ofrece la naturaleza y que puedes reutilizar en casa para regar tus macetas, fregar el suelo o lavar el coche. Eso sí, recuerda que no vale para beber ni para cocinar. Para recogerla no tienes más que poner unos cubos en el balcón o la terraza de tu casa. Y si tus plantas lo necesitan, ponlas en la zona de la terraza donde les caiga directamente el agua de la lluvia.

9. Cuidado en cómo lavas tus alimentos

Sin darte cuenta puedes gastar mucha agua cuando limpias la carne, el pescado, la verdura o la fruta antes de cocinar. Para ahorrar agua, llena un bol y límpia bien tus alimentos dentro de él. Para que queden perfectamente limpios sin necesidad de gastar agua de más, dales un último enjuague con agua del grifo sin excederte.

10. Cuidado con el jardín

Si tienes un jardín, ten cuidado con el agua que gastas. Sustituye la manguera por el riego a goteo. Y si tu jardín no es demasiado grande, opta por una regadera de toda la vida. Apuesta por plantas que necesiten menos agua como los cactus y riega a una hora temprana para evitar que el sol absorba toda el agua de inmediato y tengas que regar con más frecuencia.

Y si tienes una piscina, ten cuidado, pues la cantidad de litros que se requieren para llenarla es excesiva. Usa limpiafondos automáticos y un clorador salino para mantener el agua limpia por más tiempo y sustituye el cloro por oxígeno activo. Además, emplea un cobertor para tapar tu piscina cuando no la estés usando, así evitarás que se evapore el agua y que tengas que llenarla de nuevo. Mantendrás tu piscina saneada y sin necesidad de usar agua de más.

En el caso de que tengas una pequeña piscina infantil de goma, reutiliza el agua para fregar o para limpiar otras partes de tu jardín o de tu porche.

11. Predica con el ejemplo

De nada te servirá todo lo anterior si tus hijos siguen malgastando agua. Es muy importante que prediques con el ejemplo y que les enseñes buenos hábitos. Háblales de la importancia de cuidar el planeta y de los recursos de los que disponemos y corrígeles con cariño cuando veas que están malgastando agua. Recuerda que lo mejor es empezar a enseñarles este tipo de cosas desde muy pequeños.

Revisa cómo se lavan las manos y los dientes, cuánto y durante cuánto tiempo abren el grifo y otras cuestiones por el estilo. A los más pequeños puedes concienciarles con dibujos animados que hablen sobre el tema, algún cuento o alguna canción.

Conciencia a toda la familia de la importancia de ahorrar agua con un reto semanal, quincenal o mensual, como lo creas mejor. Se trata de gastar la menor cantidad de agua posible una vez a la semana, cada quince días o una vez al mes. El que haya ahorrado más agua y haya propuesto mejores ideas se llevará un premio. Entre otras ideas, podéis utilizar una vajilla desechable en lugar de lavar los platos o llenar el cubo de fregar al mínimo, por ejemplo.

En Bruñó sabemos la importancia de cuidar el medioambiente en cada pequeña acción. Suscríbete gratis a la newsletter de Casa Bruñó y descubre nuevos trucos cada semana.

Tu huerto urbano: siete claves del éxito y cinco beneficios

La creación del huerto urbano responde a varias inquietudes que se han ido generando en los habitantes de las ciudades. Comer mejor es una de ellas, ya que los vegetales obtenidos por métodos naturales tienen un sabor y un aroma muy intensos. En este artículo vamos a exponer algunos aspectos importantes, para que conozcas más acerca del tema.

Claves de un huerto urbano perfecto

En contra de lo que se suele pensar, un huerto no da demasiado trabajo. Hay temporadas, claro, unas con más actividad que otras, pero en general se trata de dedicarle un poco cada día. Existen ciertas consideraciones, como verás a continuación, que te van a garantizar un buen resultado.

1. Espacio y luz

Tanto si dispones de una terraza, una azotea, un terrenito o hasta de una simple ventana, hay que cuidar que el sol le dé al menos 6 horas al día. Las edificaciones vecinas o tu propia vivienda pueden proyectar sombras que perjudicarán el desarrollo de tus cultivos. Fíjate también que el lugar seleccionado esté orientado al sur o al sureste, nunca al norte. Estas dos claves de un huerto de tipo urbano son determinantes en el éxito que vayas a obtener.

2. Herramientas

Los aperos que utilizarás dependerán siempre del tamaño de la superficie que vas a sembrar. En general, un huerto mediano requerirá pala, azada y rastrillo. Para uno pequeño, las herramientas serán las mismas, pero de mano. Necesitarás además un deshierbador, una tijera de podar, una regadera, tutores y un rociador para asperjar productos orgánicos.

3. Sustrato

Los nutrientes que van a recibir tus plantas en crecimiento dependerán de la riqueza del sustrato. Te recomendamos que utilices compost, formado con restos vegetales y estiércol. Además, el sustrato debe contener partículas que le den estructura. Puedes utilizar fibra de coco, que ayudará a airear las raíces y retener el agua. Se considera lo más adecuado utilizar 60 % de estructura y 40 % de compost.

4. Recipientes

La profundidad es otro tema importante. Las macetas o jardineras deben tener al menos 30 centímetros de altura, para que puedan contener cómodamente el sistema radicular de las hortalizas que hayas elegido. En general, con esto puedes obtener con éxito pimientos, guindillas, tomates, ajos, puerros y cebollas. Las lechugas tampoco necesitan mucho sustrato, ya que su raíz es escasa.

Si quieres más holgura, cabe la posibilidad de conseguir mesas de cultivo, que son muy prácticas, ya que te permiten trabajar de pie y cambiarlas de lugar con facilidad. Los macetones tienen buena capacidad también, ya que llegan a los 50 centímetros de profundidad. Los tubérculos como la zanahoria, la patata y la remolacha tienen raíces, como es lógico, muy voluminosas, por lo que no son lo más indicado para un huerto en la ciudad, a menos que dispongas de un terreno.

5. Plantas y temporadas

Esta actividad te permitirá obtener productos muy diversos, pero debes estar atento a las temporadas apropiadas para la siembra y la cosecha. El clima, lógicamente, es determinante para obtener productos maduros y con un buen crecimiento. Haremos una lista de algunas hortalizas.

  • Lechuga: se siembra entre febrero y mayo y se recolecta a los 90 días.
  • Entre abril y mayo, empieza tus cultivos de fresas, judías y tomates. Los recogerás respectivamente al año, a los 90 días y a los 150 días.
  • Rábanos: siémbralos en cualquier época del año y estarán listos en apenas un mes.
  • Inicia tu cosecha de cebollasentre diciembre y marzo, las recolectarás en septiembre u octubre.
  • Algunas plantas aromáticas, como la menta, la salvia y el romero, pueden crecer y aprovecharse durante todo el año.

6. Semillas

Recuerda que lo ideal es utilizar semillas ecológicas, que ayudan a cuidar la biodiversidad y pueden ser luego recuperadas de los frutos. Los insectos polinizarán las flores de otros cultivos o de las plantas silvestres, y esta riqueza natural se preservará.

7. Riego y drenaje

Cuando prepares el sustrato que utilizarás, debes ocuparte de que el agua filtre hacia fuera del recipiente utilizado, para lo cual es imprescindible que tenga una cantidad suficiente de agujeros para el drenaje. Con el fin de facilitar esta función, es conveniente que en el fondo deposites 2 o 3 centímetros de grava.

Si el huerto no es muy extenso, cabe utilizar una simple regadera para proporcionarle agua. La frecuencia y el volumen dependerán del clima y de la cantidad de plantas. El riego por goteo es más práctico si tu huerto tiene cierta extensión. Dos maneras de saber si es hora de regar son: que las hojas estén mustias y que la tierra se vea seca.

Beneficios de un huerto urbano

Las ventajas que te aportará tu huerto en casa no son solo para ti y para tu familia. También existen efectos positivos para la comunidad en la que vives y para la ciudad. Veamos cuáles son.

1. Frutas y hortalizas realmente km 0

Irán directamente de la huerta a la mesa. Con esto disminuyes la huella de carbono generada por el transporte de alimentos. Además, ahorras combustible y dinero, ya que no tendrás que ir a la compra con tanta frecuencia.

2. Conoces tus alimentos

Cuando consumas los productos de la cosecha, sabrás lo que te llevas a la boca. Si has mantenido tu huerta libre de plaguicidas y abonos químicos, serán alimentos realmente orgánicos. Además, aprenderás a valorar el trabajo de los agricultores. Disfrutarás de la sazón natural, pues tus vegetales crecerán bajo el sol, dando tiempo a la naturaleza para que despliegue sus procesos y lleguen hasta el punto justo. Esto permite a los frutos desarrollar todo su potencial y óptimas cualidades nutricionales.

3. Aire, clima y contaminación

Las superficies cultivadas dentro de las ciudades mejoran la calidad del aire y la concentración de oxígeno. Y, aunque parezca mentira, contribuyen a mantener el clima más fresco, ya que la inercia térmica del agua contenida en las plantas y en el sustrato amortigua la fluctuación de las temperaturas.

Adicionalmente, disminuyes la cantidad de desechos que produces, pues el compost te permite reciclar residuos orgánicos. A su vez, los restos de tu cosecha pueden ser utilizados también.

4. Una relación saludable

Tu nexo con el hábitat tendrá una perspectiva de contemplación y paciencia. Presenciar el crecimiento de las plantitas, de las flores y luego los frutos te permitirá comprender y apreciar los ciclos de la naturaleza. Se trata de una actividad gratificante, que proporciona bienestar emocional.

El tiempo y la dedicación necesarios para atender el huerto te brindan la posibilidad de relajarte y liberar el estrés. Por otra parte, se fomenta el compromiso, ya que es un proyecto a mediano plazo. Este es uno de los mejores beneficios de un huerto doméstico, especialmente para los niños.

5. Huerto comunitario

Los huertos que se diseñan y llevan a cabo dentro de la comunidad fomentan actitudes positivas. Se estrechan lazos, se establecen relaciones más armónicas y se comparte un compromiso común. Adicionalmente, son un entretenimiento productivo y sano para todas las edades. Otra ventaja de un huerto es que puede generar un excedente que permita vender los productos, con lo que tu comunidad pueden obtener un ingreso adicional.

Crear un huerto urbano es relacionarte mejor con la vida y con la naturaleza. Cuando sea tuyo, te preguntarás cómo habías podido vivir sin esta actividad, una vez que haya ocupado su lugar en tu existencia.

Fruta ecológica: claves para diferenciarla y los beneficios de consumirla

Uno de los factores principales para tu bienestar es la alimentación. Lo que comes influye en tu salud y en tu organismo. Por ello, desde hace unos años ha surgido un movimiento que apuesta por una alimentación en la que cobran gran importancia alternativas beneficiosas y saludables. La fruta ecológica es una de las opciones que más fuerza ha cobrado. Gracias al consumo de este tipo de productos, puedes mantener una dieta equilibrada y sana. Además, productos con el sello ecológico como verduras y frutas se cultivan de manera natural, sin utilizar elementos químicos.

Ahora bien, consumir este tipo de productos no solo es un beneficio para tu salud. Cuando compras frutas y verduras ecológicas estás apostando por un modelo de cultivo que respeta el medio ambiente. De hecho, eliges productos de empresas que quieren mejorar el mundo y hacerlo más sostenible. Por ello, consumirlos es una forma de compromiso y responsabilidad.

La fruta ecológica es tendencia. La ciudad de Barcelona inauguró hace poco su Biomarket, el primer mercado ecológico de Europa. Sus responsables señalan la evolución de esta nueva forma de cultivo y consumo y su gran demanda.

Con todo, existen algunas dudas sobre estos productos. Quizá has visto aguacates o melones con el distintivo ecológico en los estantes del supermercado o en la frutería del barrio. Pero, a la hora de elegir estas frutas, has observado que llevan etiquetas como “Ecológica”, “Orgánica” o “Bio”. ¿Sabes distinguir cada uno de estos términos? ¿Cómo diferenciar la fruta ecológica? ¿Qué beneficios tiene consumir estas frutas? A continuación encontrarás toda la información para distinguir cada producto. Si quieres adentrarte en la fruta ecológica y sus beneficios, sigue leyendo.

¿Cómo saber si una fruta es ecológica?

El sello ecológico de las manzanas de tu frutería garantiza que se han cultivado con métodos de explotación respetuosos con el medio ambiente. Contempla métodos naturales que abarcan desde la explotación de la tierra y el tratamiento del agua al cuidado de los productos. El cultivo de esas manzanas que disfrutarás en casa se ha realizado respetando su ciclo natural. No se han expuesto a sustancias químicas como fertilizantes inorgánicos o pesticidas. El suelo y el agua de riego con que se han cultivado se han mejorado siguiendo técnicas agrarias que contribuyen a descender los niveles de contaminación.

¿Quién establece la etiqueta de producto ecológico? En el año 1989, España reguló de forma legal a través de un reglamento la denominación genérica “Agricultura ecológica”. En la actualidad, la producción de alimentos ecológicos está regulada por la Unión Europea. En 2018 se estableció una normativa europea que determina las especificaciones relativas a requisitos y protocolos de producción, almacenaje, transporte y venta a los consumidores.

La etiqueta de los productos ecológicos es la forma de diferenciarlos de los productos convencionales. Es la garantía de que las frutas y verduras con este distintivo están protegidas por una legislación que controla posibles fraudes y te ofrece una mayor confianza a la hora de adquirirlas en la tienda.

En las especificaciones respecto a la producción vegetal ecológica se hace hincapié en que los tratamientos empleados en el suelo deben respetar su fertilidad. Las semillas para la reproducción han de producirse de forma ecológica.

Entre las normas para que la producción vegetal sea considerada ecológica destacan:

  • Uso limitado de los pesticidas sintéticos.
  • Prohibición del uso de transgénicos.
  • Adaptación de los cultivos a cada lugar.
  • Selección de especies vegetales que sean resistentes a enfermedades.
  • Utilización de recursos naturales cercanos a las zonas de cultivo.

Pero ¿qué diferencias existen entre las etiquetas Ecológica, Orgánica y Bio? En general, pueden considerarse sinónimos. Pero, al profundizar aparecen matices que caracterizan a cada categoría.

La etiqueta Ecológica abarca frutas y verduras que se producen, de manera íntegra, en la naturaleza sin intervención artificial. Se cultivan sin utilizar pesticidas ni conservantes. Se aprovechan las condiciones naturales del entorno, como el clima o el suelo, para su desarrollo. Es importante que sus métodos de producción, recolección y venta sean sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Además, frutas y verduras ecológicas se caracterizan porque únicamente puedes comprarlas durante sus ciclos naturales.

Bajo la etiqueta Orgánica se engloban alimentos que se cultivan libres de todo tipo de productos químicos en su proceso hasta llegar a la frutería o la verdulería.

La fruta Bio o Biológica no contiene componentes alterados genéticamente. Es decir, es la fruta de temporada que se cultiva sin intervenciones de laboratorio para conseguir mayor volumen, mejor color o una maduración tardía.

Dentro de la etiqueta Ecológica también puedes encontrar la fruta sostenible. Es la que se cultiva siguiendo criterios de respeto mediambiental y del bienestar de las personas que la hacen posible.

Beneficios de la fruta ecológica

Entre los principales beneficios de la fruta ecológica, tanto personales como para el ecosistema, de consumir fruta ecológica destacan lo siguientes.

Tienen mayores valores nutricionales

Para Mª Dolores Raigón, presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica, los alimentos ecológicos tienen más valor nutritivo que los alimentos que se producen empleando químicos y aditivos. Elementos de este tipo disminuyen la calidad y las cualidades naturales de las frutas y las verduras.

Son productos más saludables

No utilizar productos químicos en su cultivo hace que frutas y verduras cultivadas de manera ecológica sean más saludables. Tu organismo las asimila mejor, ayudan a la prevención de enfermedades y mejoran tus defensas. Pueden contener hasta el 50 % más de nutrientes que frutas procesadas y conservan todas sus propiedades antioxidantes.

Posibilitan un cultivo sostenible

Al consumir alimentos ecológicos, contribuyes a conservar el medio natural. La agricultura ecológica utiliza menor número de aerosoles y no genera contaminación, al tiempo que respeta la flora y la fauna del entorno.

Los productos ecológicos son garantía de calidad

La normativa europea garantiza que los alimentos ecológicos pasan controles en todas sus fases: cultivo, recolecta, almacenaje… La etiqueta que certifica su denominación asegura la calidad máxima de cada fruta.

Lucha contra la contaminación del entorno

La ausencia de químicos y fertilizantes en el cultivo contribuye a no contaminar los entornos donde crecen las frutas y verduras. Pero este tipo de productos se caracterizan por cuidar el medio ambiente a lo largo de toda la cadena de producción. Es un requisito indispensable para conseguir el sello ecológico de la Unión Europea.

Disfruta una fruta de calidad

El proceso artesanal de elaboración posibilita que las frutas conserven todas sus propiedades y su sabor natural. Si disfrutas con el auténtico sabor de una manzana o de un melón, pásate a la fruta ecológica. Además, se conserva mejor y más tiempo.

Contribuyes a fomentar la economía local

Consumiendo productos cultivados de manera ecológica, contribuyes a impulsar y mantener la economía local. Con tu granito de arena, es posible crear un tejido económico local de pequeños cultivos y comercios.

Elige fruta ecológica para disfrutar de productos de calidad, sanos y responsables con el medio ambiente. Al consumir productos ecológicos contribuyes a tu bienestar y a crear un mundo más sostenible. La etiqueta de producto ecológico es una garantía regulada por la Unión Europea, que determina que cumple con todas las reglas de calidad.

En Bruñó llevamos años cultivando melones y sandías más respetuosos con el medio ambiente, hoy estamos orgullosos de poder ofrecer al mercado y a las personas una fruta ecológica de la máxima calidad prácticamente todo el año.

Tendencias ecológicas fruto de la pandemia, ¿las conoces?

Hoy en Casa Bruñó te contamos cómo la pandemia ha creado nuevas tendencias ecológicas, algunas de las cuales han llegado para quedarse con nosotros. Los nuevos hábitos, que hemos comenzado a adoptar, suponen un beneficio muy significativo para nuestro ecosistema y, ante todo, para nuestra salud. Estas nuevas tendencias se convertirán en una manera nueva de vivir, en la que todos terminaremos ganando.

Sostenibilidad, algo necesario en la era pos-COVID

La sostenibilidad implica que tengamos en cuenta el medioambiente. Esto repercute directamente sobre el cambio climático, que tanto ha ido deteriorando el planeta durante las últimas décadas.

Tener una vida sostenible implica dejar un legado a nuestros descendientes. Este significa que pueden autosatisfacerse y que han aprendido a atender sus necesidades básicas, teniendo en cuenta el medio que les rodea, así como la economía local.

El COVID, que te ha obligado a permanecer en casa durante un periodo de tiempo, ha permitido conservar un poco más nuestra atmósfera, que se ha visto menos comprometida por el humo de los vehículos y de fábricas que, irremediablemente, han tenido que parar hasta ver una menor incidencia de los contagios.

Sencillamente, hemos visto que podíamos realizar las cosas de otra manera y, curiosamente, ha resultado que esta nueva forma de actuar ha terminado siendo más saludable, no solo para los seres humanos, sino para el medioambiente.

Cuidar tu salud ha supuesto también cuidar la del planeta, lo que ha conllevado a la aparición de nuevas tendencias que, de algún modo, han venido a levantar algunas conciencias, que nos hacen mirar por el bien de todos.

Hemos aprendido a comer más saludable, y a elegir a la fruta sostenible como parte de nuestra dieta diaria. El aumento de su consumo se ha hecho evidente, como veremos más adelante, resultando una de las varias tendencias en ecología que han ido surgiendo y que, de alguna forma, hemos terminado adoptando.

Sin duda, la sostenibilidad que nos rodea supone una ayuda a nuestra economía, en mantenimiento de nuestra salud y en la del medioambiente.

Tendencias en nuestro estilo de vida que han llegado para quedarse

¿Cuántas cosas has cambiado en este último año? Si te pones a contarlas, seguramente, te sorprendas. Los medios nos han avisado de la necesidad de reforzar nuestro sistema inmunitario, a través de la ingesta de vitaminas y alimentos saludables.

Igual que la mascarilla ha entrado a formar parte de las tendencias de la moda, la ecología se ha visto beneficiada, al vernos obligados a mejorar nuestros hábitos haciéndolos más saludables, por el bien de nuestra salud y como una manera de combatir las enfermedades que aún, a día de hoy, siguen amenazándonos.

Así que, aquí te mostramos algunas de esas tendencias que se han hecho necesarias y que, de forma irremediable, vienen a mejorar esta nueva realidad, que parece querer acompañarnos por mucho tiempo.

La necesidad de comunicarnos a distancia

Ya estabas acostumbrado a comunicarte con tus amigos y con tu familia a través de tus dispositivos móviles, solo que antes lo hacías de manera esporádica. Ahora, Internet y los sistemas de comunicación son demasiado relevantes.

Para empezar, el teletrabajo no era un método muy común en nuestro país hasta que llegó la enfermedad COVID-19, que nos ha obligado a quedarnos en casa, muchas veces alejados de nuestros más cercanos parientes e íntimos amigos. Matrimonios y parejas de novios, también, se han visto afectados por esta obligada separación que, de alguna forma, ha salvado la vida de millones de ciudadanos en todo el mundo.

La tendencia de la comunicación virtual ha llegado para quedarse, y nos ha demostrado que, además de aislarnos de este terrible coronavirus, también nos permite ahorrar tiempo en traslado y, lo que es mejor, contaminar menos nuestro medioambiente.

Al usar menos los medios de transporte, evitamos la transmisión de gases a la atmósfera. Esto se ha comprobado en los exámenes ecológicos, dándonos una lección muy importante, lo que ha provocado que muchas empresas se cuestionen la necesidad de ampliar el teletrabajo como una manera nueva de gestión.

Una de las tendencias en ecología: menos consumo de comida rápida = menos contaminación

Quizás te preguntes en qué repercute el consumo de la comida rápida con la contaminación. Tiene mucho que ver, ya que los restaurantes de este tipo emplean muchos alimentos procesados. Estos, en su elaboración, requieren de productos contaminantes, como químicos que, no solo afectan a nuestra salud, sino que también al medioambiente.

Del mismo modo, no es lo mismo una basura basada en desechos plásticos, como muchas las de las pajitas o vasos de refrescos que terminan tirándose, que una basura orgánica derivada de restos de verduras o frutas.

La pandemia no nos ha permitido pisar muchos de estos restaurantes, especialmente por las restricciones sanitarias. A pesar de que estas medidas han repercutido en estos negocios, también nos ha ayudado, en cierto modo, a dejar de consumir estas comidas que, en muchos casos, aportan demasiadas grasas trans a nuestro organismo.

Ya sea por ahorro o por medidas de seguridad, nos hemos tenido que preparar nuestros alimentos diarios, eligiendo cada uno de los ingredientes. Esto ha permitido que seleccionemos opciones más saludables.

Seguramente, si recuerdas lo que comías antes de la pandemia y la cantidad de basura que tirabas, te sorprendería comprobar cómo has llegado a juntar menos desechos peligrosos para el medioambiente, además de estar comiendo más saludablemente.

La apuesta por una fruta y una verdura ecológicas y sostenibles

Es un hecho que todos hemos optado por una fruta y una verdura ecológicas, sobre todo, por las repercusiones que suponen para nuestra salud. Seguramente, te hayas visto comprando más que nunca alimentos saludables, después de oír a una gran cantidad de médicos acerca de la necesidad de fortalecer nuestro sistema inmunitario.

Ahora, todo lo tiene que ver con la salud, está generando nuevas tendencias. La compra de una fruta ecológica ha resultado así, como los datos que comparte la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) durante el congreso que se llevó a cabo en Valencia, en el mes de septiembre de 2020.

Según la AECOC, el confinamiento llevó a los españoles a elegir productos ecológicos, aumentando hasta en un 40 % la compra de hortalizas, verduras y frutas. A esto, hay que añadir la tendencia a mantener números altos en el consumo de estos alimentos saludables, según los fabricantes, ante la nueva normalidad y la preocupación que ha ocasionado la COVID en las familias españolas.

La pandemia ha terminado por crear tendencias que nos han enseñado muchas cosas positivas, como la necesidad de cuidar nuestro medioambiente, los beneficios de comer mejor y ser autosustentables. En Frutas Bruñó estamos concienciados de toda esta nueva situación, por eso te ofrecemos una fruta ecológica y muchos más consejos que puedes seguir leyendo en nuestra web. No te los pierdas.

¿Conoces la filosofía «zero waste»?

El gasto cero es positivo para cuidar la naturaleza de forma responsable. Esta filosofía pretende evitar el consumo excesivo de productos para reducir los residuos. Propone un estilo de vida consciente en el que las compras estén alineadas con las verdaderas necesidades personales. Por tanto, es una invitación para practicar el minimalismo y evitar la acumulación de cosas poco útiles en casa.

¿Qué es el zero waste?

Un movimiento que está formado por personas que adoptan hábitos sostenibles en su rutina diaria. Una filosofía de vida que reduce de forma significativa la huella ecológica. Ten en cuenta que los productos y servicios tienen un largo recorrido cuando se gestionan de forma eficiente. Cuando compras cosas que no necesitas, este gasto inútil influye de forma directa en tu capacidad de ahorro. Pero los efectos del consumismo van más allá del plano económico porque no es respetuoso con el cuidado del planeta.

Los principios del zero waste

Existen cinco principios fundamentales sobre los que se sustenta la esencia de un movimiento que puede inspirarte.

1. Rechazar lo innecesario. Es importante diferenciar entre aquello que es esencial y todo aquello que resulta totalmente secundario. Rechazar implica evitar aquellos productos que no aportan un valor a tu vida. Si realizas un análisis detallado de distintos momentos de la semana, es probable que compruebes que utilizas recursos que, objetivamente, son prescindibles.

2. Reducir. Esta es otra acción que queda perfectamente enmarcada en el movimiento zero waste. Reducir el consumo de algunas de las cosas que utilizas habitualmente genera un impacto positivo en tu estilo de vida. El cuidado del planeta se fortalece con la implicación de quienes asumen ese compromiso diario.

3. Reutilizar. Existen distintas alternativas que puedes encontrar en tu día a día para dar una nueva vida a los productos. Por ejemplo, utiliza una jarra como florero para decorar con flores la cocina. Compra prendas de ropa de segunda mano para completar tu fondo de armario. Toma libros prestados en la biblioteca para cultivar el hábito de la lectura. Restaura un mueble antiguo. Arregla la cremallera estropeada de una prenda de invierno que se encuentra en perfecto estado.

4. Reciclar. El movimiento zero waste pone en valor la importancia del reciclaje como un hábito básico y esencial. Por ello, es importante depositar cada tipo de residuo en el lugar correspondiente.

5. Compostaje. El objetivo de reducir a cero los desechos parece difícil de lograr en la vida diaria. Sin embargo, existen recursos como los residuos orgánicos que se pueden reintegrar.

Por tanto, rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y compostaje son cinco principios que ponen en valor el uso responsable de los recursos.

El auge de la economía circular

La economía circular se diferencia de un modelo lineal en su sostenibilidad. Un enfoque circular prolonga la vida útil de los recursos y mejora el aprovechamiento de las materias primas. De este modo, los procesos productivos son más naturales y ecológicos.

Aquellas personas que tienen un estilo de vida sostenible pueden inspirarte en tu rutina diaria. Desde este punto de vista, el tiempo de vida de las cosas materiales se prolonga de forma significativa. Un cambio de mentalidad que no solo es positivo para el cuidado de los paisajes, sino que también impulsa el bienestar personal.

¿Cómo se puede aplicar esta filosofía de vida en el hogar?

Reciclar y reutilizar son acciones que pueden llevarse a cabo en la vida diaria. Del mismo modo, el consumo responsable genera cambios significativos en los hogares. Toma nota de estas ideas para aplicar dicha filosofía.

1. Repara un producto siempre que sea posible

Tal vez no tengas que comprar un nuevo electrodoméstico. Quizá solo necesites reparar la avería del dispositivo que tienes actualmente. Un arreglo permite prolongar el tiempo de vida útil de un producto que puedes usar durante más tiempo.

2. Crea un armario cápsula

Elige pocas prendas, pero muy bien seleccionadas para crear múltiples combinaciones. Selecciona colores que sean versátiles y piezas que tengan un aire atemporal. De este modo, aunque pase el tiempo, seguirás utilizando algunos de esos estilismos.

3. No desperdicies comida

La alimentación es una necesidad básica. Por ello, la realización de la cesta de la compra es una rutina importante. Sin embargo, el consumismo también llega a la despensa. Así ocurre cuando algunos productos caducan sin haberlos consumido en el plazo previsto. No desperdiciar los alimentos es un cambio que transforma tu vida.

Ordena la despensa y el frigorífico para tener en un lugar visible aquellos alimentos que debes consumir antes. Consume frutas y verduras de temporada, ya que están en su mejor momento. Elabora una lista de la compra semanal para adquirir, únicamente, aquello que verdaderamente necesitas. Planifica los menús de los próximos siete días. Y, por tanto, compra los ingredientes esenciales para elaborar las recetas. Recuerda que comer fruta de temporada es una idea saludable.

4. Lavadora a carga completa

Existen distintas tareas que puedes llevar a cabo a lo largo de la semana. Lavar la ropa es una de las ocupaciones habituales. Existe un sencillo gesto que incrementa el aprovechamiento de los recursos. Pon la lavadora a carga completa, es decir, utiliza la capacidad disponible para aprovechar el espacio. Un criterio que también puedes aplicar en el uso de otros electrodomésticos como el lavavajillas.

5. Aprovecha el agua de forma responsable

Repara un grifo si está estropeado. Disfruta de una ducha relajante, en lugar de llenar la bañera.

6. Aprovecha las horas de luz natural

La luz natural es uno de los recursos más importantes que cada día llega a tu hogar. Realiza distintas tareas durante el horario diurno. Apaga la luz de una estancia que esté vacía. Analiza qué errores habituales incrementan el gasto en la factura.

7. Decora con muebles antiguos

Decora un hogar bonito, cómodo y acogedor. Y utiliza los recursos esenciales para crear un espacio ideal. Los muebles antiguos también pueden tener una larga vida. Tal vez solo necesites reparar la puerta de un armario o pintar con un color diferente una mesa. Además, el interés por la decoración retro o vintage pone de manifiesto la belleza de los muebles antiguos.

8. Reduce el consumo de papel

Por ejemplo, digitaliza los documentos. De este modo, no solo minimizas el uso de papel, sino que ganas espacio de almacenaje en casa. Además, utiliza todas las páginas de los cuadernos y libretas. Imprime únicamente aquellos documentos que realmente necesitas tener en un soporte físico.

9. Minimalismo

Hay una pregunta que puedes hacerte antes de comprar un nuevo producto. Plantéate si realmente necesitas adquirir ese artículo o, por el contrario, ya tienes uno similar en tu hogar.

Por tanto, el gasto cero es un objetivo que te invita a adoptar un nuevo estilo de vida. Un estilo de vida que es beneficioso para el cuidado del planeta y que, además, refuerza el bienestar. Los hábitos que adoptas pueden convertirse en una referencia para otra gente. El respeto por el planeta fortalece el bien común en la sociedad actual. Las vacaciones son un tiempo de balance en el que puedes incorporar cambios en tu rutina. ¿Te animas a probar el zero waste? ¡Descubre otros artículos en Casa Bruñó con consejos para cuidarte y cuidar el medio ambiente!

¿Sabías que tus residuos orgánicos te pueden ayudar a cuidar del medioambiente?

Nuestros residuos generan un alto impacto en el medioambiente y es obvio que la mejor manera de evitarlos es no generándolos. Sin embargo, los desechos de materia orgánica presentan un gran potencial fertilizante y, por ello, queremos hablarte de los beneficios del compostaje de residuos orgánicos. Nosotros, como expertos en la comercialización de diferentes tipos de fruta, disponemos de variedad ecológica y tenemos un compromiso con el medio ambiente. Por ello, queremos aportar nuestro granito de arena y explicarte, de forma constructiva, como  mejorar la gestión de la basura orgánica y cómo compostar en casa, con el fin de llevar un estilo de vida sostenible.

El impacto de nuestros residuos en el medioambiente.

La contaminación producida por la basura es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la humanidad, ya que tiene graves consecuencias. Libera sustancias tóxicas que se extienden por el suelo, agua y aire y, al entrar en contacto con plantas, animales o humanos, afectan negativamente a la salud de estos. Además, en cuanto a lo estético, degrada tanto paisajes naturales como urbanos. Sin embargo, tienes que tener en cuenta que el factor que causa la basura no es la naturaleza del material, sino la manera de gestionarlo. Imagínate, por ejemplo, un trozo de papel inservible y, por tanto, un residuo. Si lo depositas en un contenedor de reciclaje y procedes a gestionarlo de forma adecuada, en lugar de convertirse en basura contaminante, pasará a ser materia prima. Con esta reflexión queremos  que seas consciente de que la basura diaria que generamos en los hogares contiene alrededor del 40 % de materia orgánica. Esto quiere decir que puedes reciclarla y retornarla a la tierra para mejorar el estado de las plantas y los cultivos. Dicho de otra forma, compostar la materia orgánica para realizar un consumo responsable y respetar el ecosistema.

Consejos para mejorar la gestión de la basura orgánica en casa

Antes de meternos a explicar su proceso, te daremos algunos trucos para que tu gestión de basura orgánica sea adecuada:

  • Reduce el desperdicio de alimentos orgánicos, ya que estos son útiles para cuidar el medioambiente.
  • Separa y recicla siempre.
  • Recuerda llevar plásticos, papeles, cartón y vidrio a sus contenedores correspondientes y la materia orgánica y restos al destinado para ello.
  • Intenta no utilizar bolsas de plástico.
  • Te aconsejamos que apuestes por bolsas de tela o rafia. Haz tu propio compostaje doméstico con residuos orgánicos para generar abono natural.
  • Apuesta por el uso de productos reutilizables para aumentar su vida útil.

¿Qué es el compostaje?

El compost o composta se obtiene gracias a un proceso de transformación natural. Este comienza con la descomposición de materiales orgánicos y finaliza con un tipo de abono con alto valor nutritivo, que enriquece la tierra de tu huerto o las plantas de tus macetas. Al disminuir tu basura a través del reciclaje orgánico, estarás mejorando la calidad del medio ambiente. Entonces, ¿por qué seguir tirando los restos orgánicos a la basura y no aprovechar los casi 70 kilos anuales por vivienda que generamos en crear compos para plantas? Solo necesitas un poco de espacio y un cierto mantenimiento regular para obtener gran cantidad de este producto rico en nutrientes.

Cómo compostar desde casa paso a paso

Puede que vivas en un piso y pienses que no tienes espacio suficiente para compostar. Tranquilo, que te vamos a explicar paso a paso cómo compostar en casa, sin olores y de la forma más sencilla que imaginas. A continuación, te daremos las claves para conseguir un compost casero altamente efectivo.

Conceptos básicos para comportar la materia orgánica

Antes de explicarte los pasos, queremos que tengas en cuenta dos ideas muy importantes:

  • Deberás tener un compostador o recipiente para echar los residuos orgánicos. Te animamos a entrar en Internet y ver la cantidad de ideas que tienes para construir un recinto útil, fácil y económico de preparar, además de con materiales reciclados. Por ejemplo, puedes poner una caja de fruta, una maceta vieja o una jardinera.
  • Para que los residuos no se pudran, la masa debe estar bien hidratada. Para ello, tendrás que intercalar capas alternas de materiales húmedos y secos, además de ventilar periódicamente la masa de compost.

Primer paso: preparar el recipiente para obtener fertilizante orgánico

Si has decidido hacer tu propia compostadora, no te olvides de hacer unos agujeros en la base para que la mezcla pueda oxigenarse. En la primera capa debes colocar tierra y, en la segunda, materiales secos como serrín, paja o resto de ramas de poda. Con estos materiales evitarás que el fondo de tu recipiente se pudra.

Segundo paso: incorporar materiales orgánicos

Tienes que tener claro que este recipiente destinado a hacer compost no es un cubo de basura. Esto quiere decir que solo debes añadir desechos orgánicos. Siempre debes mantener un equilibro de 2 de orgánicos de descomposición rápida por 1 de lenta o muy lenta, aunque siempre mezclados. El compost que generes no tendrá mal olor. Si esto sucediera, seguramente sería por un exceso de agua. Los materiales de descomposición rápida son las hojas y pastos frescos y el estiércol de animales de corral.

Los que se descomponen lentamente son las frutas y verduras, los restos de café y té, las flores, los pastos secos y el estiércol de herbívoros. Por último, los que lo hacen de forma muy lenta son el cartón, el papel (sin impresiones), las hojas secas y ramas, las virutas de madera (no incorporar ni pintada ni tratada), las cáscaras de huevo y frutos secos y las de frutas y semillas. No añadas nunca aceites, harinas, heces de animales carnívoros, huesos, carne, productos derivados de la leche, arroz ni desechos que no sean biodegradables. Incorporar lombrices es opcional, aunque debes saber que su ingestión y digestión de alimentos produce un humus de mayor calidad, ya que sus excrementos están enriquecidos con microrganismos propios de la flora bacteriana.

Los expertos recomiendan intercalar productos húmedos o verdes y secos para alcanzar el equilibrio adecuado que necesita un fertilizante orgánico casero de calidad.

Tercer paso: Riego del compost

Revisa asiduamente el grado de humedad de tu mezcla. Seguramente los residuos de los laterales estén más secos que los del centro. Por ello, te aconsejamos que remuevas de vez en cuando todo el compost. No obstante, si notas que, de forma general, está seco, puedes regarlo procurando que la humedad penetre en todas las capas y, sobre todo, sin encharcar la caja de abono orgánico. Si quieres utilizarlo como protección frente a los cambios de temperatura y humedad, además de mejorar las características del suelo, usa un compost fresco de 2 a 3 meses. Si quieres un fertilizante de calidad, espera de 5 a 6 meses para comenzar a integrarlo en macetas o suelo de huerto.

Otros sistemas de compostaje en zonas urbanas

Los ayuntamientos y diferentes asociaciones ponen a disposición de los vecinos recintos donde compostar de forma comunitaria. De esta forma, entre todos conseguiréis crear fertilizante orgánico que luego se repartirá para que cada uno pueda utilizarlo en sus huertos o jardines. Incluso hay quien lleva sus residuos orgánicos, aunque no quiera después recibir una parte de compost. Simplemente lo hace por el hecho de hacer un acto generoso con el planeta. En conclusión, ahora que conoces la importancia del compostaje de residuos orgánicos, te animamos a seguir comprando frutas y verduras de calidad para que tu dieta sea saludable y puedas reutilizar todas las cáscaras y restos orgánicos de dichos alimentos.

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