Newsletter

Newsletter

Ventajas de una alimentación ecológica

La alimentación ecológica es una tendencia muy saludable que inspira un estilo de vida en nuestros días. Ha experimentado un importante crecimiento y una mayor visibilidad durante los últimos años. De hecho, crece el perfil del consumidor informado que toma decisiones de compra de forma consciente. ¿Cuáles son las claves de su éxito en los hogares?

7 beneficios de los alimentos ecológicos

Exponemos los beneficios saludables a continuación.

1. Poseen un delicioso y característico sabor

El aroma, el sabor, el color, la forma y la textura del alimento mantienen sus propiedades esenciales. El producto se encuentra en un excelente estado porque ha sido cultivado de una manera natural. El alimento se obtiene a partir de un proceso que es totalmente respetuoso con el entorno. Puedes degustar una amplia variedad de frutas y verduras en otoño, invierno, primavera y verano. Ingredientes que son esenciales para mantener una dieta rica y variada a lo largo del año.

Ten en cuenta que son productos que están en un óptimo momento de maduración y, en consecuencia, se encuentran en un buen estado. No solo tienen un excelente sabor, sino que también poseen un elevado valor nutricional. La alimentación de tipo ecológico está muy vinculada con el consumo de los productos locales, aquellos que se enmarcan en un contexto cercano.

2. Cumple con altos estándares de calidad

Para que un producto pueda considerarse completamente ecológico, es importante que cuente con un distintivo que lo acredita como tal. Los certificados y reconocimientos que ponen el acento en la calidad del proceso confirman el cumplimiento con exigentes protocolos y los requisitos establecidos por las autoridades competentes durante el proceso de elaboración.

Mediante la consulta de un certificado de estas características, el consumidor tiene la certeza de que el producto es ecológico. Un exigente proceso de elaboración que influye de forma positiva en el cuidado de la salud. La excelencia de un producto ecológico se percibe en su aroma, en la textura, en el color y, por supuesto, en el sabor. Se cultiva en una tierra fértil que ha sido tratada de manera respetuosa para potenciar el equilibrio del entorno y de sus propiedades principales.

La agricultura ecológica no solo produce frutos deliciosos, sino que también defiende la diversidad del paisaje. Un paisaje que puedes contemplar con detenimiento para experimentar un momento de calma cuando lo necesites.

3. Favorecen el desarrollo sostenible

Por otra parte, es una forma de alimentación que produce otros efectos positivos a largo plazo, consecuencias que repercuten en el bienestar del ser humano. Propicia el cuidado de la naturaleza, el respeto a los ritmos de la tierra y el aprovechamiento de los recursos utilizados. Factores esenciales para impulsar un desarrollo sostenible que es básico para luchar contra los efectos del cambio climático.

Es importante cuidar un terreno para que siga dando sus frutos en el futuro. La añoranza de los sabores de siempre es una experiencia que el comensal puede experimentar en la mesa cuando prueba un producto que no cumple sus primeras expectativas. Y, sin embargo, la frescura de los artículos ecológicos conecta con el recuerdo inolvidable de los sabores de la huerta. Conviene puntualizar que los productos ecológicos no solo son amables con la naturaleza, sino que también son respetuosos con la vida de los animales. Las distintas especies también disfrutan del contacto con el aire libre y mantienen su conexión con el terreno.

Se evitan todas aquellas acciones que puedan producir algún tipo de estrés y se prioriza el bienestar animal en todo momento. Como puedes comprobar, los beneficios que produce una alimentación ecológica pueden analizarse desde una perspectiva integral. Los alimentos tienen un alto valor nutricional y son muy saludables para la persona. Pero también son positivos para la naturaleza y para los animales. Y, además de ello, esta forma de cultivo contribuye al correcto mantenimiento de la calidad de un bien esencial: el agua. Como puedes ver, se produce un perfecto equilibrio entre todos los elementos.

4. Son ricos en antioxidantes

Las frutas y las verduras cultivadas de forma ecológica son ricas en antioxidantes. ¿Y por qué los antioxidantes son tan importantes para el organismo de las personas? El mantenimiento de un estilo de vida saludable a lo largo de todas las etapas de la vida es esencial para reducir el impacto del paso del tiempo. El proceso de envejecimiento es una experiencia totalmente natural.

Pero algunos hábitos pocos saludables pueden incrementar el riesgo de experimentar un envejecimiento prematuro. Pues bien, los antioxidantes son esenciales para evitarlo. Por tanto, ayudan a prevenir el estrés oxidativo.

5. Repercuten positivamente en el bien de la comunidad

Existen acciones individuales que tienen un impacto en el entorno próximo y lejano. Y los hábitos de alimentación no solo están relacionados con una necesidad básica a nivel personal: comer para evitar la sensación de hambre. Las rutinas del consumidor también producen otros efectos asociados.

Desde un punto de vista positivo, el apoyo a los productos ecológicos favorece el desarrollo rural. La agricultura ecológica ofrece puestos de empleo para profesionales que se implican de forma artesanal durante la producción.

6. Alimentos ecológicos para una alimentación consciente

El momento de la comida no solo gira en torno a un menú específico, sino que también conviene analizar la forma de degustarlo. El estrés y la prisa evitan que el comensal disfrute plenamente de los alimentos que se lleva a la boca. Es probable que en algún momento hayas experimentado esa experiencia al no apreciar los matices de una receta en una jornada de intenso trabajo.

Por el contrario, los productos ecológicos son una invitación para cultivar una alimentación consciente. Ya que, además, están alineados con los ritmos de la tierra, siguen el curso de un calendario que se repite cada año. Y la producción no prioriza la cantidad, sino que siempre busca la calidad de los productos ofrecidos al cliente.

7. Son recomendables para personas de todas las edades

La alimentación de tipo ecológico, en ocasiones, se comparte en familia y une a los seres queridos alrededor de la mesa. Es una tendencia que inspira a personas de diferentes generaciones. De hecho, también es positiva para los niños que se encuentran en un periodo de crecimiento. Ten en cuenta que los productos no poseen componentes artificiales. Y, por otra parte, son ricos en vitaminas.

Por tanto, la alimentación ecológica no es una moda pasajera en la sociedad actual, sino un estilo de vida asumido de forma responsable. La protección del medioambiente es esencial en un mundo globalizado. Y no olvides que las acciones locales, aunque parezcan muy pequeñas, pueden contribuir de forma significativa para lograr ese objetivo. En Casa Bruñó te invitamos a disfrutar de los contenidos disponibles en nuestra web con consejos de alimentación e información saludable. ¡Puedes suscribirte a la newsletter para recibir con puntualidad todas las novedades en tu correo electrónico!

Tu huerto urbano: siete claves del éxito y cinco beneficios

La creación del huerto urbano responde a varias inquietudes que se han ido generando en los habitantes de las ciudades. Comer mejor es una de ellas, ya que los vegetales obtenidos por métodos naturales tienen un sabor y un aroma muy intensos. En este artículo vamos a exponer algunos aspectos importantes, para que conozcas más acerca del tema.

Claves de un huerto urbano perfecto

En contra de lo que se suele pensar, un huerto no da demasiado trabajo. Hay temporadas, claro, unas con más actividad que otras, pero en general se trata de dedicarle un poco cada día. Existen ciertas consideraciones, como verás a continuación, que te van a garantizar un buen resultado.

1. Espacio y luz

Tanto si dispones de una terraza, una azotea, un terrenito o hasta de una simple ventana, hay que cuidar que el sol le dé al menos 6 horas al día. Las edificaciones vecinas o tu propia vivienda pueden proyectar sombras que perjudicarán el desarrollo de tus cultivos. Fíjate también que el lugar seleccionado esté orientado al sur o al sureste, nunca al norte. Estas dos claves de un huerto de tipo urbano son determinantes en el éxito que vayas a obtener.

2. Herramientas

Los aperos que utilizarás dependerán siempre del tamaño de la superficie que vas a sembrar. En general, un huerto mediano requerirá pala, azada y rastrillo. Para uno pequeño, las herramientas serán las mismas, pero de mano. Necesitarás además un deshierbador, una tijera de podar, una regadera, tutores y un rociador para asperjar productos orgánicos.

3. Sustrato

Los nutrientes que van a recibir tus plantas en crecimiento dependerán de la riqueza del sustrato. Te recomendamos que utilices compost, formado con restos vegetales y estiércol. Además, el sustrato debe contener partículas que le den estructura. Puedes utilizar fibra de coco, que ayudará a airear las raíces y retener el agua. Se considera lo más adecuado utilizar 60 % de estructura y 40 % de compost.

4. Recipientes

La profundidad es otro tema importante. Las macetas o jardineras deben tener al menos 30 centímetros de altura, para que puedan contener cómodamente el sistema radicular de las hortalizas que hayas elegido. En general, con esto puedes obtener con éxito pimientos, guindillas, tomates, ajos, puerros y cebollas. Las lechugas tampoco necesitan mucho sustrato, ya que su raíz es escasa.

Si quieres más holgura, cabe la posibilidad de conseguir mesas de cultivo, que son muy prácticas, ya que te permiten trabajar de pie y cambiarlas de lugar con facilidad. Los macetones tienen buena capacidad también, ya que llegan a los 50 centímetros de profundidad. Los tubérculos como la zanahoria, la patata y la remolacha tienen raíces, como es lógico, muy voluminosas, por lo que no son lo más indicado para un huerto en la ciudad, a menos que dispongas de un terreno.

5. Plantas y temporadas

Esta actividad te permitirá obtener productos muy diversos, pero debes estar atento a las temporadas apropiadas para la siembra y la cosecha. El clima, lógicamente, es determinante para obtener productos maduros y con un buen crecimiento. Haremos una lista de algunas hortalizas.

  • Lechuga: se siembra entre febrero y mayo y se recolecta a los 90 días.
  • Entre abril y mayo, empieza tus cultivos de fresas, judías y tomates. Los recogerás respectivamente al año, a los 90 días y a los 150 días.
  • Rábanos: siémbralos en cualquier época del año y estarán listos en apenas un mes.
  • Inicia tu cosecha de cebollasentre diciembre y marzo, las recolectarás en septiembre u octubre.
  • Algunas plantas aromáticas, como la menta, la salvia y el romero, pueden crecer y aprovecharse durante todo el año.

6. Semillas

Recuerda que lo ideal es utilizar semillas ecológicas, que ayudan a cuidar la biodiversidad y pueden ser luego recuperadas de los frutos. Los insectos polinizarán las flores de otros cultivos o de las plantas silvestres, y esta riqueza natural se preservará.

7. Riego y drenaje

Cuando prepares el sustrato que utilizarás, debes ocuparte de que el agua filtre hacia fuera del recipiente utilizado, para lo cual es imprescindible que tenga una cantidad suficiente de agujeros para el drenaje. Con el fin de facilitar esta función, es conveniente que en el fondo deposites 2 o 3 centímetros de grava.

Si el huerto no es muy extenso, cabe utilizar una simple regadera para proporcionarle agua. La frecuencia y el volumen dependerán del clima y de la cantidad de plantas. El riego por goteo es más práctico si tu huerto tiene cierta extensión. Dos maneras de saber si es hora de regar son: que las hojas estén mustias y que la tierra se vea seca.

Beneficios de un huerto urbano

Las ventajas que te aportará tu huerto en casa no son solo para ti y para tu familia. También existen efectos positivos para la comunidad en la que vives y para la ciudad. Veamos cuáles son.

1. Frutas y hortalizas realmente km 0

Irán directamente de la huerta a la mesa. Con esto disminuyes la huella de carbono generada por el transporte de alimentos. Además, ahorras combustible y dinero, ya que no tendrás que ir a la compra con tanta frecuencia.

2. Conoces tus alimentos

Cuando consumas los productos de la cosecha, sabrás lo que te llevas a la boca. Si has mantenido tu huerta libre de plaguicidas y abonos químicos, serán alimentos realmente orgánicos. Además, aprenderás a valorar el trabajo de los agricultores. Disfrutarás de la sazón natural, pues tus vegetales crecerán bajo el sol, dando tiempo a la naturaleza para que despliegue sus procesos y lleguen hasta el punto justo. Esto permite a los frutos desarrollar todo su potencial y óptimas cualidades nutricionales.

3. Aire, clima y contaminación

Las superficies cultivadas dentro de las ciudades mejoran la calidad del aire y la concentración de oxígeno. Y, aunque parezca mentira, contribuyen a mantener el clima más fresco, ya que la inercia térmica del agua contenida en las plantas y en el sustrato amortigua la fluctuación de las temperaturas.

Adicionalmente, disminuyes la cantidad de desechos que produces, pues el compost te permite reciclar residuos orgánicos. A su vez, los restos de tu cosecha pueden ser utilizados también.

4. Una relación saludable

Tu nexo con el hábitat tendrá una perspectiva de contemplación y paciencia. Presenciar el crecimiento de las plantitas, de las flores y luego los frutos te permitirá comprender y apreciar los ciclos de la naturaleza. Se trata de una actividad gratificante, que proporciona bienestar emocional.

El tiempo y la dedicación necesarios para atender el huerto te brindan la posibilidad de relajarte y liberar el estrés. Por otra parte, se fomenta el compromiso, ya que es un proyecto a mediano plazo. Este es uno de los mejores beneficios de un huerto doméstico, especialmente para los niños.

5. Huerto comunitario

Los huertos que se diseñan y llevan a cabo dentro de la comunidad fomentan actitudes positivas. Se estrechan lazos, se establecen relaciones más armónicas y se comparte un compromiso común. Adicionalmente, son un entretenimiento productivo y sano para todas las edades. Otra ventaja de un huerto es que puede generar un excedente que permita vender los productos, con lo que tu comunidad pueden obtener un ingreso adicional.

Crear un huerto urbano es relacionarte mejor con la vida y con la naturaleza. Cuando sea tuyo, te preguntarás cómo habías podido vivir sin esta actividad, una vez que haya ocupado su lugar en tu existencia.

Fruta ecológica: claves para diferenciarla y los beneficios de consumirla

Uno de los factores principales para tu bienestar es la alimentación. Lo que comes influye en tu salud y en tu organismo. Por ello, desde hace unos años ha surgido un movimiento que apuesta por una alimentación en la que cobran gran importancia alternativas beneficiosas y saludables. La fruta ecológica es una de las opciones que más fuerza ha cobrado. Gracias al consumo de este tipo de productos, puedes mantener una dieta equilibrada y sana. Además, productos con el sello ecológico como verduras y frutas se cultivan de manera natural, sin utilizar elementos químicos.

Ahora bien, consumir este tipo de productos no solo es un beneficio para tu salud. Cuando compras frutas y verduras ecológicas estás apostando por un modelo de cultivo que respeta el medio ambiente. De hecho, eliges productos de empresas que quieren mejorar el mundo y hacerlo más sostenible. Por ello, consumirlos es una forma de compromiso y responsabilidad.

La fruta ecológica es tendencia. La ciudad de Barcelona inauguró hace poco su Biomarket, el primer mercado ecológico de Europa. Sus responsables señalan la evolución de esta nueva forma de cultivo y consumo y su gran demanda.

Con todo, existen algunas dudas sobre estos productos. Quizá has visto aguacates o melones con el distintivo ecológico en los estantes del supermercado o en la frutería del barrio. Pero, a la hora de elegir estas frutas, has observado que llevan etiquetas como “Ecológica”, “Orgánica” o “Bio”. ¿Sabes distinguir cada uno de estos términos? ¿Cómo diferenciar la fruta ecológica? ¿Qué beneficios tiene consumir estas frutas? A continuación encontrarás toda la información para distinguir cada producto. Si quieres adentrarte en la fruta ecológica y sus beneficios, sigue leyendo.

¿Cómo saber si una fruta es ecológica?

El sello ecológico de las manzanas de tu frutería garantiza que se han cultivado con métodos de explotación respetuosos con el medio ambiente. Contempla métodos naturales que abarcan desde la explotación de la tierra y el tratamiento del agua al cuidado de los productos. El cultivo de esas manzanas que disfrutarás en casa se ha realizado respetando su ciclo natural. No se han expuesto a sustancias químicas como fertilizantes inorgánicos o pesticidas. El suelo y el agua de riego con que se han cultivado se han mejorado siguiendo técnicas agrarias que contribuyen a descender los niveles de contaminación.

¿Quién establece la etiqueta de producto ecológico? En el año 1989, España reguló de forma legal a través de un reglamento la denominación genérica “Agricultura ecológica”. En la actualidad, la producción de alimentos ecológicos está regulada por la Unión Europea. En 2018 se estableció una normativa europea que determina las especificaciones relativas a requisitos y protocolos de producción, almacenaje, transporte y venta a los consumidores.

La etiqueta de los productos ecológicos es la forma de diferenciarlos de los productos convencionales. Es la garantía de que las frutas y verduras con este distintivo están protegidas por una legislación que controla posibles fraudes y te ofrece una mayor confianza a la hora de adquirirlas en la tienda.

En las especificaciones respecto a la producción vegetal ecológica se hace hincapié en que los tratamientos empleados en el suelo deben respetar su fertilidad. Las semillas para la reproducción han de producirse de forma ecológica.

Entre las normas para que la producción vegetal sea considerada ecológica destacan:

  • Uso limitado de los pesticidas sintéticos.
  • Prohibición del uso de transgénicos.
  • Adaptación de los cultivos a cada lugar.
  • Selección de especies vegetales que sean resistentes a enfermedades.
  • Utilización de recursos naturales cercanos a las zonas de cultivo.

Pero ¿qué diferencias existen entre las etiquetas Ecológica, Orgánica y Bio? En general, pueden considerarse sinónimos. Pero, al profundizar aparecen matices que caracterizan a cada categoría.

La etiqueta Ecológica abarca frutas y verduras que se producen, de manera íntegra, en la naturaleza sin intervención artificial. Se cultivan sin utilizar pesticidas ni conservantes. Se aprovechan las condiciones naturales del entorno, como el clima o el suelo, para su desarrollo. Es importante que sus métodos de producción, recolección y venta sean sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Además, frutas y verduras ecológicas se caracterizan porque únicamente puedes comprarlas durante sus ciclos naturales.

Bajo la etiqueta Orgánica se engloban alimentos que se cultivan libres de todo tipo de productos químicos en su proceso hasta llegar a la frutería o la verdulería.

La fruta Bio o Biológica no contiene componentes alterados genéticamente. Es decir, es la fruta de temporada que se cultiva sin intervenciones de laboratorio para conseguir mayor volumen, mejor color o una maduración tardía.

Dentro de la etiqueta Ecológica también puedes encontrar la fruta sostenible. Es la que se cultiva siguiendo criterios de respeto mediambiental y del bienestar de las personas que la hacen posible.

Beneficios de la fruta ecológica

Entre los principales beneficios de la fruta ecológica, tanto personales como para el ecosistema, de consumir fruta ecológica destacan lo siguientes.

Tienen mayores valores nutricionales

Para Mª Dolores Raigón, presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica, los alimentos ecológicos tienen más valor nutritivo que los alimentos que se producen empleando químicos y aditivos. Elementos de este tipo disminuyen la calidad y las cualidades naturales de las frutas y las verduras.

Son productos más saludables

No utilizar productos químicos en su cultivo hace que frutas y verduras cultivadas de manera ecológica sean más saludables. Tu organismo las asimila mejor, ayudan a la prevención de enfermedades y mejoran tus defensas. Pueden contener hasta el 50 % más de nutrientes que frutas procesadas y conservan todas sus propiedades antioxidantes.

Posibilitan un cultivo sostenible

Al consumir alimentos ecológicos, contribuyes a conservar el medio natural. La agricultura ecológica utiliza menor número de aerosoles y no genera contaminación, al tiempo que respeta la flora y la fauna del entorno.

Los productos ecológicos son garantía de calidad

La normativa europea garantiza que los alimentos ecológicos pasan controles en todas sus fases: cultivo, recolecta, almacenaje… La etiqueta que certifica su denominación asegura la calidad máxima de cada fruta.

Lucha contra la contaminación del entorno

La ausencia de químicos y fertilizantes en el cultivo contribuye a no contaminar los entornos donde crecen las frutas y verduras. Pero este tipo de productos se caracterizan por cuidar el medio ambiente a lo largo de toda la cadena de producción. Es un requisito indispensable para conseguir el sello ecológico de la Unión Europea.

Disfruta una fruta de calidad

El proceso artesanal de elaboración posibilita que las frutas conserven todas sus propiedades y su sabor natural. Si disfrutas con el auténtico sabor de una manzana o de un melón, pásate a la fruta ecológica. Además, se conserva mejor y más tiempo.

Contribuyes a fomentar la economía local

Consumiendo productos cultivados de manera ecológica, contribuyes a impulsar y mantener la economía local. Con tu granito de arena, es posible crear un tejido económico local de pequeños cultivos y comercios.

Elige fruta ecológica para disfrutar de productos de calidad, sanos y responsables con el medio ambiente. Al consumir productos ecológicos contribuyes a tu bienestar y a crear un mundo más sostenible. La etiqueta de producto ecológico es una garantía regulada por la Unión Europea, que determina que cumple con todas las reglas de calidad.

En Bruñó llevamos años cultivando melones y sandías más respetuosos con el medio ambiente, hoy estamos orgullosos de poder ofrecer al mercado y a las personas una fruta ecológica de la máxima calidad prácticamente todo el año.

Somos lo que comemos y el planeta también

Hoy, en Casa Bruñó, te hablaremos acerca de la alimentación sostenible y por qué es importante consumir más fruta y verdura de temporada para mantener a nuestro medioambiente protegido. Conoce todos los beneficios que supone una buena alimentación para tu organismo. Aprende a diferenciar entre lo que es ecológico y lo que no.

¿Sabías que tu alimentación influye en el medioambiente?

Sin duda, eres lo que comes, pero el medioambiente también se siente beneficiado o perjudicado por tu dieta diaria. Esto tiene una explicación, ya que si te alimentas de una manera poco saludable, puesto que tu comida requiere procesos de elaboración más contaminantes, estás contribuyendo directamente al deterioro del entorno.

Piensa qué supone utilizar las frutas y demás alimentos que nos proporciona nuestro planeta. Incluso cuando devolvemos las partes que no nos comemos a la naturaleza, como las semillas o las cáscaras de ciertas verduras o determinados frutos, esta las usa como abono. De alguna forma, enriquecemos el suelo para que los seres vivos sigan reproduciéndose.

La salud del medioambiente se conserva si no tiramos desechos químicos o desperdicios derivados de componentes no orgánicos. Igualmente, nuestra salud estará más cuidada al ingerir los productos naturales, que están llenos de vitaminas, proteínas, minerales, fibra, etc.

Al cuidar tu medio, estás cuidándote a ti mismo. Somos una proyección de todo lo que nos rodea. Si la naturaleza se enferma, nosotros estamos en un gran problema.

¿Qué debemos comer para reducir el impacto medioambiental?

No encontrarás mejor solución que recurrir a la fruta de temporada. Para empezar, esta no está sometida a ningún proceso de crecimiento artificial, lo que te permite ingerirla con la tranquilidad de que todas las piezas conservan sus propiedades por completo.

Las verduras, junto a la fruta, son otra opción beneficiosa. Aunque siempre puedes encontrar productos fuera de temporada, gracias a los invernaderos, sus efectos en el medioambiente nunca se van a comparar con los procesos artificiales o la comida procesada.

La naturaleza nos ha provisto de alimentos que son completamente sanos para nuestro organismo. Todo lo que no parta de ella, sin duda, no puede dejar un buen resultado en la salud. En este sentido, los alimentos crudos, como la verdura y la fruta, nos aportarán mucho más que que cocinar determinados productos, un proceso mediante el que los alimentos pierden propiedades.

¿Cómo el consumo de frutas y verduras contribuye a la salud del planeta?

Sin duda, las proteínas son necesarias para nuestro organismo, ya que, a partir de ellas, nuestras células generan energía; además, nuestro sistema muscular consigue el desarrollo necesario para estar saludable.

No siempre hacemos la mejor elección sobre el tipo de carne a consumir. Por ejemplo, la carne roja en exceso puede tener repercusiones importantes en el sistema circulatorio y dificulta el correcto funcionamiento arterial. No siempre diferenciamos bien una pieza grasa de la carne magra o, sencillamente, nos dejamos seducir por las calorías de más.

El planeta, al igual que nuestro cuerpo, también siente sus repercusiones. Para empezar, se emplean conservantes en algunas carnes. Estos conservantes perjudicando al entorno ambiental cuando la carne es desechada.

La creación de piensos artificiales para alimentar a los animales, así como es el traslado de las cabezas de ganado por todo el territorio nacional e internacional llevan consigo una gran contaminación ambiental. Recurrir a los vehículos, que expulsan contaminantes a la capa de ozono, supone un problema si lo comparamos con la producción local de cada región. Hemos de optar por los productos de la tierra, que, además de ser muy saludables, no implican una gran contaminación.

El cultivo de la fruta y verdura ecológicas se lleva a cabo en los lugares en que estos alimentos van a ser consumidos. Si en tu población existen más posibilidades de acercarte a la fruta de temporada, como el melón y la sandía, podrás conseguirla fácilmente. Sabrás que se ha cultivado en los alrededores de donde vives y que estás ayudando al planeta.

Definitivamente, el consumo de los productos locales no solo ayuda a la economía de un territorio, sino que evita el traslado masivo de alimentos, así como el aumento de la huella de carbono que implican los vehículos de carga.

Menos productos procesados, incluida la comida rápida

Los alimentos procesados producen mucha más basura que los alimentos naturales. Observa cómo son presentados muchos de los productos procesados: te obligan a tirar desechos que, en una sola población, pueden significar toneladas de basura.

Ni qué decir de los transgénicos, que hoy son ampliamente usados y, de alguna forma, repercuten negativamente en la producción natural. Y si tenemos en cuenta la sobreproducción y cómo terminamos tirando más comida de la que deberíamos, el problema se multiplica.

Recuerda que no es lo mismo tirar un envase de plástico que desechar una cáscara de fruta. La tierra puede utilizar la cáscara como abono para volver a regalarnos sus sanos alimentos.

Un alimento ecológico para mantener vivo el planeta

Por varias razones, los alimentos ecológicos llegaron a estar en un segundo plano, debido, entre otras causas, al creciente aumento de la población y la necesidad de hacer llegar a todos la comida. Esto hizo que se llevara a cabo la producción de transgénicos. Se acelera el crecimiento de determinadas verduras y frutas, pero esto provoca que pierdan sus propiedades, importantes para nuestra salud.

Hablar de alimentos ecológicos es hacer alusión a la fruta de temporada. Esta no sufre ningún proceso químico. La recibimos en el momento perfecto, cuando la tierra nos la ofrece. De esta forma, sabemos que vamos a alimentarnos de un manjar que conserva todo su sabor, así como el aporte de vitaminas y minerales que requiere nuestro cuerpo.

Por su parte, el alimento no ecológico puede ser ese transgénico, que ha sido modificado genéticamente por medio de hormonas, compuestos químicos (algunos de ellos farmacológicos) e, incluso, pesticidas. Si examinas por encima todos estos componentes, no te será complicado darte cuenta de que sus efectos sobre tu organismo no pueden ser comparables con los beneficios de la fruta ecológica.

¿Y qué decir de esas comidas procesadas que puedes encontrar en cualquier restaurante de comida rápida? Su máxima radica en llegar a un número amplio de clientes, con el único fin de acumular mayores ganancias. En ningún caso hay una preocupación por la salud de la gente y, aún menos, por el medioambiente, donde terminan tirándose unas sobras difíciles de absorber por la tierra.

Al introducir en tu dieta diaria los productos ecológicos, estás cuidándote y enseñando a tu familia una lección de lo que significa comer saludablemente. Una dieta rica en frutas, cuando estas son de temporada, es tu mejor opción.

La alimentación sostenible te protege a ti y protege al planeta, donde tus nietos vivirán. Cuando eres un ejemplo para la comida, tus hijos terminan imitándote. Enséñales lo importante que es consumir alimentos ecológicos, como la fruta y la verdura. En Frutas Bruñó estamos muy concienciados con llevar la salud a todos los hogares, con la mejor fruta de temporada. Mira en nuestra web todos los consejos alimenticios que tenemos para ti.

Lo sentimos.

Para reproducir los videos debe aceptar nuestra política de cookies.