Alimentos que ayudan a mantener una piel sana

Los alimentos son esenciales no solo para la nutrición del cuerpo, sino también para que este pueda capturar los elementos esenciales necesarios en una buena salud. La piel es quizás la parte del cuerpo que más erosión sufre. Es la principal barrera ante el medio exterior y son múltiples los agentes químicos y bacterias que la atacan sin cesar.

Las células de la piel están formadas por moléculas y estas por átomos. Los agentes químicos, el sol y otros elementos agresivos pueden ocasionar que estas moléculas pierdan electrones y por tanto estabilidad. A estas moléculas en desequilibrio se las llama radicales libres. Para recuperar el equilibrio atacan a otras moléculas tratando de recuperar los electrones perdidos y transformando a la célula atacada en un nuevo radical libre. Es un proceso degenerativo y en cadena, que puede arrastrar a las células cutáneas a una vejez prematura. La epidermis se encuentra en un proceso constante de regeneración y recuperación de estos ataques. Debemos proveerla de los nutrientes necesarios para que pueda hacerlo.

Alimentos esenciales para una piel saludable

Usualmente cuando pensamos en el cuidado de la piel solemos tener en cuenta únicamente productos de farmacia que aportan lo que el cutis necesita. Suelen ser pomadas y cremas, lociones que aparte del principio activo pueden incluir otras sustancias químicas no tan deseadas. Se nos olvida que el cuerpo reúne los recursos necesarios para cuidarse y repararse si le damos los elementos requeridos. Y se nos escapa la forma básica en la que nuestro cuerpo los obtiene: la alimentación.

Son muchas las frutas y verduras que contribuyen a la salud de la epidermis. Veamos algunos de ellos.

Sandía, hidratante y protectora

La sandía (Citrullus lanatus) es una fruta procedente de África. Tiene un altísimo porcentaje de agua, más del 90%. Consumir sandía produce una profunda hidratación y esta es asimilada muy bien por el organismo. Tener un cuerpo hidratado, con agua en abundancia, significa que mucho de este líquido se destinará al mantenimiento de la epidermis, reduciendo su sequedad y favoreciendo la circulación sanguínea por ella. Proporciona gran cantidad de licopeno, una poderosa sustancia química que da el color rojo a la sandía. El licopeno, un potente antioxidante, ayuda a proteger del deterioro celular y el envejecimiento, ralentizando la acción de los radicales libres. El licopeno se sitúa entre las paredes celulares, sirviendo como escudo ante los procesos de oxidación celular causados por el oxígeno.

La sandía además aporta una gran cantidad de vitamina C, vitamina A, potasio y magnesio, todos ellos nutrientes con excelentes propiedades epidérmicas.

Melón, proveedor de colágeno

El melón (Cucumis melo) es una planta domesticada hace más de 4000 años procedente del Mediterráneo oriental. Tiene un generoso fruto de delicioso sabor dulce. Es ideal, junto a la sandia, para combatir el calor del verano. Los melones aportan una gran cantidad de colágeno. Esta sustancia es fundamental en la regeneración de la piel y los tejidos, por lo que impide el envejecimiento prematuro. El colágeno también favorece la cicatrización natural de las heridas, suavizando las imperfecciones de la piel. Este efecto está relacionado con su capacidad reparadora ante las quemaduras solares.

El melón, al contener un 90% de agua, produce una intensa hidratación en el cuerpo y ayuda a evitar un cutis reseco. Una ración de 100 gramos cubre por si sola la mitad de la ración diaria de Vitamina C que necesita el cuerpo humano. También contiene un alto índice de carotenos que se transforman en Vitamina A, fundamental para la protección celular. Es rico en potasio: 100 gramos de melón contienen 320 miligramos de este mineral, que está implicado en la hidratación de las células.

El melón tiene una gran capacidad diurética y depurativa, favoreciendo la eliminación de desechos, lo que ayuda a tener una piel más bonita.

Naranja, proveedora de vitamina C

Las naranjas (Citrus × sinensis) son procedentes de Asia y fueron traídas a occidente gracias a la cultura árabe. Es por todos conocido el gran aporte de vitamina C de esta deliciosa fruta, como es normal en los cítricos. La vitamina C favorece la generación de colágeno, aumentando la elasticidad de la piel. Al margen de la vitamina C, las naranjas proporcionan un interesante aporte de calcio, potasio, magnesio y fósforo.

Como todos los frutos que deben enfrentarse al sol, la cáscara de la naranja está llena de antioxidantes que funcionan de forma eficaz ante el ataque de los radicales libres. Esta cáscara puede ser consumida en infusiones o empleada en mascarillas naturales que mejorarán el tono de la piel y eliminarán las marcas dejadas por el acné o las quemaduras solares. Los altos valores de ácido sérico de la naranja ayudan a evitar la descamación de la piel y favorecen la desaparición del acné.

Las naranjas estimulan la acción depurativa de riñones e hígado manteniendo un cuerpo, y por tanto una piel, libre de impurezas.

Mandarinas, poderosas aliadas de tu piel

Las mandarinas (Citrus reticulataso) son consideradas por muchos como las hermanas menores de la naranja. Sin embargo, con su distintivo sabor han logrado abrirse paso en el corazón de muchos, sobre todo entre los niños. Al igual que las naranjas, aunque algo menos que ellas, tienen un alto componente de vitamina C. Como ya hemos visto la vitamina C es fundamental para la generación del colágeno. Además aportan otras vitaminas como B1, B2 y B3. El mineral más abundante en la mandarina es el potasio, responsable como veremos de la hidratación y alimentación celular. Con este mineral nos aseguraremos de que la piel esté siempre en las mejores condiciones para recibir al resto de nutrientes. También aportan calcio, magnesio y en menor cantidad hierro, zinc y fósforo.

Las mandarinas comparten muchos de los beneficios aportados por las naranjas. Y es que, según los estudios de la clínica Mayo, casi todos los frutos anaranjados son extraordinariamente buenos para la piel. En este grupo también estarían las zanahorias o los albaricoques.

Como vemos las frutas, al margen de ser deliciosas y convertirse en un refrescante alimento o complemento de nuestras comidas, son unos poderosos almacenes de nutrientes esenciales. Son además alimentos orgánicos, no procesados, y contienen exactamente lo que el cuerpo necesita para que este se desarrolle en plenitud. Los nutrientes son el alimento de las células y con las que estas realizan todas sus funciones metabólicas. Conozcamos un poco más al detalle algunos de los nutrientes proporcionados por las frutas que hemos mencionado y veamos como afectan a la salud de la piel.

Los nutrientes que cuidan de la piel

Con anterioridad hemos hablado de las frutas que cuidan de nuestra piel y de sus propiedades principales Pero ahora conviene que ahondemos un poco más en los nutrientes presentes en casi todas ellas, en mayor o menor medida, y que son los responsables de tan espectaculares propiedades.

  • Vitamina C: La vitamina C es uno de los más poderosos antioxidantes de la naturaleza. Además de ayudar a la lucha contra los radicales libres, que deterioran y envejecen las células, favorece la síntesis del colágeno. Este último está implicado en la elasticidad y buen estado general de la epidermis. El ser humano necesita una cantidad mínima diaria de vitamina C para mantener la salud, que sería de 90 miligramos en los hombres y 75 miligramos en mujeres, aunque estas cantidades deberían aumentarse en el caso de ser fumador o estar embarazada. La vitamina C además reduce la inflamación y alivia los problemas del acné.
  • Vitamina A: Este nutriente ayuda a la pigmentación, el primer método de protección de la piel y favorece el bronceado natural. La vitamina A también es un poderoso antioxidante, protegiendo contra el envejecimiento y la enfermedad. Ayuda en los procesos de cicatrización y a mantener una piel suave. Tiene un importante efecto contra el acné, regulando la generación del sebo. Aumenta la firmeza de la piel y reduce la sequedad.
  • Vitamina B1: También llamada Liamina. Es un nutriente muy importante en diversos procesos metabólicos y también interviene en los procesos de regeneración celular. La epidermis utiliza esta vitamina para mantener su continuo proceso de regeneración celular.
  • Potasio: Hidrata y nutre la piel. Este mineral ayuda a regular la osmosis y el intercambio del agua entre las células. Regula la transferencia de nutrientes a través de las paredes celulares. Es por tanto vital para que nuestra piel esté alimentada de forma adecuada y provista de los recursos necesarios para mantener su buen estado.
  • Magnesio: Actúa como un poderoso rejuvenecedor de la piel. El magnesio es muy importante en el metabolismo de las células faciales.

Como hemos podido ver hay un buen número de frutas de temporada que nos pueden ayudar a mantener la salud de la piel. En Frutas Bruño comercializamos todas ellas, siendo nuestro artículo estrella el melón, que seleccionamos a mano y conservamos en las mejores condiciones para que llegue a tu mesa en su mejor momento.