Así fue como pusimos a España a hablar de belleza y madurez

Edad, belleza, edadismo, experiencia vital… Temas de los que tal vez nadie esperaría que hablase una marca de frutas, pero que han sido parte fundamental de nuestro discurso en los últimos años.

 

A raíz de observar las arrugas de nuestros melones, nos pusimos a reflexionar sobre las arrugas que nos salen irremediablemente a cada uno de nosotros y nosotras. Y decidimos abrir el melón de la edad y la belleza.

Nos dijimos: «Bien, ya hemos visto cómo la publicidad nos ha contado millones de historias a través de rostros juveniles e ideales. Ya es hora de visibilizar otras fases de la vida, denunciando problemas como el edadismo o enorgulleciéndonos del valor de la experiencia».

 

 

 

Con nuestra primera campaña “Arrugas” (2020), iniciamos esta conversación que pensábamos que estaba más presente en nuestra sociedad de lo que aparentaba. Al igual que las arrugas de un melón nos hablaban mucho (y bien) de su interior (que es lo que verdaderamente valoramos cuando queremos escoger un buen melón), ¿por qué no hacer lo mismo con las personas?

 

Un año más tarde, con “La fábula del melón” llevamos la reflexión a un siguiente nivel. Con un spot que hicimos con la participación del colectivo de actrices De 50 para arriba, quisimos denunciar los problemas derivados de la discriminación por edad. Problemas que existen en el mundo laboral, en las relaciones sociales e incluso en la aceptación hacia uno/a mismo/a. Ya basta de divinizar la juventud como si el mundo acabase pasados los 40 o 50.

 

 

Y, finalmente, volvimos a ponernos frente al espejo de nuestros prejuicios como sociedad y sacamos la campaña “Espejito, espejito: ¿quién es la más bella?” (2022). Con un spot y varios videos de entrevistas, dimos voz a diferentes mujeres para que nos contaran experiencias vitales propias y reales. Así, pusimos en valor la madurez, es decir, todo aquello aprendido con los años que nos aporta una nueva dimensión al concepto de belleza.