Entrevista a Rafa Montilla

Rafa Montilla, de origen barcelonés, nunca llegó a licenciarse. Siendo joven, y atraído por conocer otros países, dejó los estudios y se marchó de España. A su vuelta fue cuando decidió acercarse al mundo de la publicidad. Comenzó a trabajar como productor ejecutivo y, posteriormente, como director de producción en diferentes agencias de publicidad españolas. Fue entonces cuando decidió pasar a formar parte del mundo de las productoras audiovisuales, aunque siempre siguió muy unido al mundo de la publicidad y las agencias. Después de pasar por prestigiosas agencias como SCPF, creando campañas históricas como la “mano” de BMW y productoras como Tesauro o Agosto, ha decidido embarcarse en un nuevo proyecto de producción con Luis Cerveró y Emilia Fort, al que han bautizado como O.

Montilla ha recibido multitud de galardones, pero eso no hace que haya perdido a la que define como su principal compañera de viaje: la curiosidad.

Hola Rafa, a día de hoy, ¿cómo te definirías?

“Soy un hombre afortunado, he tenido la oportunidad de conocer personas que me han ayudado, siempre sin querer. No me gustan las mitificaciones, porque las historias son siempre inconclusas. He sido poco fiel a ningún principio que me obligara a permanecer. Siempre he creído que la curiosidad es una gran compañera de viaje. Especialmente en un mundo donde todos estamos de paso. “

¿Qué edad tienes Rafa?

Nací en el 52.

¿Cuántos de esos años dedicados a la publicidad?

No lo sé, creo que muchos, porque los años en publicidad no son cuantificables, los días son de 36 horas. Y demasiado evanescentes, nada es perdurable por lo tanto es un tiempo no cuantificable.

¿Cuáles fueron tus inicios?

Creo que como el de muchos, un día sin querer te encuentras en ella. Y vuelvo a repetir que fui afortunado. Me ofrecieron ser jefe de producción en una pequeña productora porque sabían que me había movido mucho desde los catorce años y conocía el inglés. Un personaje solucionador de problemas.

Mi primer jefe fue un personaje oscuro, le encantaba mirar a la gente a los ojos cuando los corrompía. Pero a mí me dejaron vía libre. Aprendí a cometer errores y solucionarlos.

Cuando aprendes el oficio desde abajo eso te ayuda a tener una visión global que otros no tienen. Al cabo de un año me vinieron a buscar de una productora y me ofrecieron la producción ejecutiva. Y mi curiosidad me llevó a intentar aplicar creatividad a cualquier proceso. Con lo que volví a aprender a cometer errores y aceptarlos como algo habitual y eso sí, a hacerme responsable de ellos y solucionarlos.  Al cabo de dos años me llamaron de Bassat Ogilvy para hacerme cargo de la dirección de producción de la agencia. Un año después estaba en el comité de dirección lo que me dio todavía más perspectiva del negocio en todos sus apartados. Tuve suerte y ganamos varios leones de Oro en Cannes algo que no ocurría en la agencia desde hacía mucho tiempo. Y de ahí me llamaron a una productora que en aquella época marcaba las distancias con respecto a las otras, Group Films. Ahí empecé a darme cuenta de que no me sentía atraído por ninguna área especifica.  Tenía claro que las personas y las empresas son entes holísticos. Y en ello descansa, junto el contexto y el concepto, todo el arsenal que necesitas para empezar a crear. Los celos de algunas personas estropearon lo que se había creado que no era otra cosa que una transformación. Me tuve que marchar, pero inmediatamente me propusieron asociarme a otra productora Tesauro que marcó el devenir de la producción en el país. Grandes realizadores como Víctor García y Paul Arden le dieron cambios radicales al concepto de dirección. Y cuando mejor iba la productora…

Me hicieron una propuesta de una agencia que acababa de cobrar vida, SCPF. En palabras del que era su director creativo ejecutivo: “Sé que te parecerá una locura, pero te ofrezco el que te vengas y hagas lo que te de la gana” Malo, me dije. La ambigüedad es la peor compañera. Le contesté, que no quería ser su producer. Y me dijo que no, que sería Director Creativo. Le dije que no, que sería Rafa.

Después de dos años, creo que ambos compartíamos la misma opinión que debíamos separarnos, pero ahí aprendí algo que los buenos caldos necesitan su tiempo. Y todo lo que se había sembrado empezó a dar sus resultados, y los siguientes años tuvieron de todo. Como debe de ser, todos aprendimos mucho y nos hicimos mejores. Hasta que un día vino un señor con mucho dinero y nos compró. Y entonces supe que debía marchar. Y así lo hice. Luego vinieron proyectos muy interesantes con personas de mucho talento, Agosto y O estudio creativo. Siempre he dejado los proyectos cuando tengo la sensación de que no llevan a ningún lugar nuevo.

Dicen que la experiencia es un grado, ¿puedes dar fe de ello?

Me he extendido bastante en mis inicios llevándolos hasta el final, pero creo que es difícil entender el valor de la experiencia sino se transita por toda la vida de alguien.

La experiencia es una herramienta importante, que asociada a la diversidad y la innovación son los engranajes que hacen que la creatividad sea efectiva.

¿Orgulloso de tus arrugas?

No de mis arrugas, sí de lo que ellas representan, del haber tenido la oportunidad de vivir y de experimentar con todo lo que he tenido delante y de tener una edad que me ha permitido vivirlas. Sigo siendo igual de curioso que cuando empecé y eso es lo que hace que mis arrugas me hagan sentirme vivo. Ellas son el testigo.

Una enseñanza que sólo el tiempo podría haberte dado.

El saber agradecer, por todo lo malo y lo bueno que he vivido.

Juventud divino tesoro, pero… ¿qué puede aportar la madurez a tu campo?

La juventud es algo a conservar, es bueno sentirse siempre fuera de lugar, eso nos hace no acomodarnos, el día en que dejas de tener esa vibración, mueres y te conviertes en uno más. 

¿Crees que la profesión tiene fecha de caducidad?

No, aunque algunos puedan pensar lo contrario. Todo depende de las personas. Y de su capacidad de renovarse. Podría poner ejemplos, pero prefiero que cada uno se lo pregunte a sí mismo.

¿Por qué crees que cada vez se ven menos jóvenes en agencias y empresas creativas?

No creo que sea así, creo que lo que ocurre es que pueden que no estén en un determinado tipo de empresas creativas, y muchas de estas han perdido el norte, y han dejado de ser interesantes. Mediocres diría. Creo que los jóvenes de hoy tienen delante un deterioro brutal en sus condiciones de trabajo, pero eso no quiere decir que no tengan mucha mejor formación y capacidades que las generaciones anteriores.

La actitud de las nuevas generaciones juega un papel fundamental. ¿Algún consejo para los que están empezando?

Que sean ellos mismos, curiosos, capaces de entender los contextos, y de ser empáticos.

Por último, ¿podrías mencionar a alguien mayor que tú a quien admires y respetes profundamente?

Como decía al principio soy una persona agradecida, pero no mitómana. Y probablemente la persona que me sacudido más en mi vida, ha sido Paul Arden.

Paul fue una de las figuras indiscutibles de la mejor publicidad de los finales del siglo XX.  Director Creativo Ejecutivo de Saatchi en Londres cuando la agencia era un referente. Y un día cuando estaba en lo más alto con casi 60 años decidió hacerse director y tengo que decir que sin saber quién era un día cayó en mis manos su primer reel. Me sobrecogió tanto que al día siguiente estaba en Londres para traerle y colaborar con él. Y así fue. Era insoportable por incomprendido. Tenía arrugas pero no se arrugaba.

Y otro es Gerhard Steidl, no trabaja en publicidad pero es el editor de los mejores fotógrafos del mundo, su vida es una proeza de propósito y determinación, mezclado con un talento inconmensurable a la hora de tomar decisiones, y también empezó desde abajo muy joven con 14 años. En el se da una simbiosis única es editor, diseñador e impresor. Cualquiera pegado al mundo de la dirección de arte sabe de la importancia de la impresión y él es el mejor en ello.