Infusiones caseras con cítricos

Las infusiones caseras con cítricos se están poniendo de moda. ¿El motivo? Que resulta sencillo preparar las mezclas para que estén a tu gusto y que, de esta manera, puedas elegir en cada momento la que más te apetezca.

Te permite aprovechar lo que tengas por casa, por lo tanto son muy sostenibles, y tienen un punto de originalidad e innovación que siempre resulta interesante.

Te vamos a dar varias opciones en las que la naranja es el principal ingrediente. No solo tiene un aroma que lo envuelve todo. También tiene un toque fresco, ácido y dulce. Y una serie de estupendas
propiedades que te permitirán cuidar tu salud y tu bienestar.

¿Cómo hacer una infusión de naranja?

Sigue estos pasos.

Ingredientes:
– 8 onzas de naranja
– Una ramita de canela
– Una cucharada de piel de naranja seca machadada.

Lo primero: ¿cómo puedes conseguir que la piel pase a estar seca? Lo primero es pelar la naranja.
Luego, esos trozos de piel los dejas al sol para que se sequen. Si tienes prisa o si vives en un clima
demasiado húmedo y gris, puedes meter la piel en el horno, para deshidratarla y acelerar el
proceso.
Luego, cuando la piel haya quedado debidamente crujiente, puedes ponerla en un mortero y empezar
a triturar hasta que quede hecha polvo. De esta manera, la podrás espolvorear en tus infusiones.

Preparación:
Tienes que poner el agua en una olla a presión y dejar que entre en ebullición. En ese
momento, añades el polvo de naranja y, si quieres, la rama de canela. Será principalmente aromática,
que es un tono que marida muy bien con el cítrico de la naranja. Por lo que conseguirás una
combinación totalmente ganadora.
Luego, dejas el polvo de naranja unos 15 minutos, para que se desprenda su esencia e impregne bien
el agua de la olla. Una vez pasado ese tiempo, basta con que, con un colador, separes el polvo de la
naranja del líquido. Y ya puedes añadir miel o el edulcorante que prefieras.

Un consejo: puedes triturar bastante polvo de naranja para tener diferentes preparados de infusiones con piel de naranja para aprovecharlos en el momento en el que lo prefieras.

Ésta no es sólo una bebida deliciosa, también complementa una alimentación saludable. La piel de naranja en infusión tiene propiedades muy beneficiosas:
– Es antioxidante, igual que la fruta. Un vaso con agua y piel de naranja puede retrasar la oxidación de
tus células. Y precisamente por esto también dentro de la industria estética la naranja tiene una
presencia tan significativa.
– Resulta digestiva. Así que puedes prepararla justo después de las comidas, para que te sienten
mejor.
– Es vasoprotectora. Ayudará a tu sistema cardiovascular a mantenerse sano y en perfectas condiciones
en todo momento.

¿Cómo hacer una infusión de mandarina?

Vamos ahora con la hermana pequeña de la naranja: la mandarina. La forma de preparación es muy parecida.

Vas a necesitar piel seca de mandarina. El método para secarla puede ser exactamente el mismo que
era con la naranja. La diferencia aquí es que no es necesario que la cáscara termine convertida en polvo. Si la pelas en tiras, puedes utilizarlas en el agua para que salga su extracto y coloree el líquido. Le dará aroma, olor y será más que suficiente. Y también te resultará más cómodo. Eso sí, trata de trocearla con un cuchillo. Cuantos más cortes tenga, más sencillo será que impregne bien el agua.

La elaboración también será sencilla. Pon el agua en un cazo y deja que empiece a hervir. Pones la piel de mandarina durante, al menos, 10 minutos, para que pueda soltar toda la sustancia y formarse la infusión. Luego puedes verter el líquido en un recipiente y añadir el edulcorante que prefieras. Y listo.

¿Más trucos? Añádeles menta a tus infusiones. Tanto en mandarina como en naranja, la menta es un complemento estupendo. Es una hoja muy aromática, que le da un toque todavía más fresco a la infusión final. ¿Cuál es nuestro consejo? Que la añadas mientras está la naranja en el agua. Es decir,
cuando la dejas reposar.