Los primeros alimentos sólidos del bebé

Hay un momento crucial dentro de la alimentación infantil, ese en el que hay que pasar de los
alimentos líquidos y la leche materna a los alimentos sólidos. No siempre sucede al mismo tiempo en
todos los bebés. Y es el objetivo de la madre o del padre el darse cuenta de cuándo tiene que
comenzar la transición. ¿Quieres estar a punto para ese momento? Te damos aquí indicaciones que
te serán clave.

Las señales de que tu bebé está listo para alimentos sólidos

Los alimentos en estado líquido cumplen excelentemente bien su función. Nutritivos, cómodos y
fácilmente digeribles, hacen que tu bebé pueda disfrutarlos y acostumbrarse a ellos. Pero también es
muy importante que sepan utilizar su boca para comer alimentos en estado sólido. Y hay una serie de
señales que te pueden dar a entender que el momento por fin ha llegado.

  1. ¿Qué pasa con su cabeza?
    Es habitual que los bebés no tengan el cuello lo suficientemente desarrollado como para mantener el peso de su cabeza durante los primeros meses. Esto hace que tengas que ponerles la mano justo detrás, especialmente cuando están comiendo. Que haya una línea recta entre la boca y el estómago será fundamental. Ya que evitará que el bebé se pueda ahogar, le será más cómoda la digestión y podrá comer sin preocuparse de nada.
    Por eso, cuando por fin tu bebé empiece a mantener la cabeza recta y el cuello recto en el momento de comer, tendrás una señal de que tal vez ya puede empezar a asimilar alimentos sólidos de bebés.
  2.  ¿Ya le sale abrir la boca al comer?
    Esta asociación de ideas no siempre se consigue crear pronto en los más pequeños. A veces, se les
    acerca la cuchara con el potito y ellos apenas despegan los labios, ya que no tienen automatizado el comer. Por lo tanto, no tiene sentido que, si todavía están en ese punto, trates de darles algo sólido. Sin embargo, si ya empiezan a abrir la boca cuando se acerca el alimento, sí que será una señal positiva.
  3. ¿Es capaz de coger la cuchara y acercársela a la boca?
    Esta suele ser una señal de que el pequeño o la pequeña empiezan ya a dominar la motricidad más básica y elemental. Y será una señal necesaria para que ingieran algo sólido.
  4. La edad del bebé
    Otro factor importante, aunque no determinante. Se estima que es a partir de los 4 meses cuando ya pueden empezar a ser capaces de disfrutar de algo sólido. Ahora bien, cuando hablamos de alimentos sólidos de bebés hay que tener en cuenta que no nos referimos a darles, directamente, comida sólida sin nada más. El paso tiene que ser de la leche materna a otro tipo de alimentación, más variada y completa. Y esto lo podemos conseguir a través de purés, papillas u otro tipo de reducciones. Los dientes pueden tardar hasta 8 meses en empezar a salir. Por lo tanto, ellos no serán capaces de triturar la comida.

¿Qué alimentos sólidos puedes darle a tu hijo y cuáles debes evitar?
Vamos ahora con otro factor clave: la dieta. ¿Es todo igual de saludable para un bebé? ¿Qué es lo
que más se recomienda que consuman? Esta sigue siendo una fase tremendamente sensible en su
desarrollo. Y necesitarán de alimentos muy nutritivos que les ayuden a crecer correctamente.

Vamos a ver algunas opciones muy útiles:

– Las frutas cocidas hechas papilla. La compota de manzana es uno de los alimentos por excelencia
para el bebé. Un poco más pastoso que los líquidos, le supondrá ya un mayor trabajo para su
estómago.
– Frutas blandas, como los plátanos muy maduros o melones. O también el aguacate. Eso sí, primero
de todo machácalos con el tenedor para hacerlos casi una papilla. Los digerirán bien y están
cargados de nutrientes. La fruta en bebés siempre es una buena opción.
– Carne de pollo o ternera hecha puré. Puedes añadir también algo de patata, por ejemplo, o también
zanahoria, para hacer una misma pasta.
– Cereal semilíquido. Puede ser la avena con algo de leche.

Eso sí, procura no añadir nada de azúcar en lo que le vayas a dar para comer. Y recuerda que lo ideal, que en el caso de frutas y verduras es combinarlas con algo de leche materna, para ir reduciendo ésta poco a poco de su dieta. En cuanto a las cosas que tienes que evitar, no utilices carnes rojas, ni alimentos que estén demasiado duros (como las galletas sin mojar).
Aunque lo mejor es que evites directamente los procesados. También todo lo que sea industrial.
Cuanto más natural sea su alimentación, mejor se va a encontrar. Piensa que el objetivo de incluir
sólidos en su dieta es que, poco a poco, su estómago se vaya acostumbrando a más alimentos, y que los digiera bien. Para evitar reflujo o problemas en el futuro tendrás que introducirlos poco a poco, sin abrumarlo con una gran variedad.

También este es un momento importante para ir descubriendo intolerancias, problemas o,
sencillamente, qué alimentos le sientan mejor y cuáles peor. Pero, en definitiva, se puede ver que
es la dieta saludable y natural la que mejor les puede sentar. Y los productos de la tierra como las
frutas y las verduras los más imprescindibles, porque les mantendrán sanos y con un sistema
inmune que les proteja contra las enfermedades.

La naranja y la mandarina en la alimentación infantil

¿Las naranjas y mandarinas están prohibidas? Seguro que has escuchado mucho hablar sobre los
cítricos en los primeros años de la infancia, e incluso demonizarlos. ¿Es esto cierto? Te damos unas
indicaciones que te informarán.

Siempre se piensa que la manzana y la pera son las frutas más adecuadas, al ser suaves, pero
también los cítricos tienen mucho que aportar. Esto se debe a las propiedades cítricos.
Para empezar, tanto las naranjas como las mandarinas apenas tienen calorías. Son un 80-90% agua.
Esto hace que sean fáciles de comer y de digerir. Además, tienen un tremendo aporte en vitamina C,
y también disponen de propiedades antioxidantes muy interesantes.

En cuanto al bebé, son ambas frutas muy ricas en fibra, por lo que le serán fácilmente digeribles y le
ayudarán en la flora intestinal. También la forma de consumirlas es totalmente idónea para estos casos. Lo ideal es no exprimirlas (especialmente la naranja). Ya que el zumo, realmente, posee más azúcar y menos fibra. Lo interesante y las propiedades están en lo sólido de la fruta. Por eso, puedes triturarla o mezclarla con otras frutas. Lo importante es que se consuma entera.

Además, ayudan a prevenir enfermedades a través del fortalecimiento del sistema inmune. Algo muy
importante, ya que los bebés todavía no tienen correctamente desarrollado dicho sistema y, por lo
tanto, pueden presentar mayor debilidad. En definitiva, la naranja y la mandarina son dos frutas excelentes para darle a tu bebé. Le ayudarán en su desarrollo y en su crecimiento.

En conclusión, la alimentación infantil es bastante similar a la de un adulto. Y las frutas y verduras
serán productos imprescindibles en su alimentación. Si quieres aprender más consejos y trucos o si
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