¿Quieres empezar a llevar una alimentación vegana? Estos son algunos trucos

El veganismo se ha convertido en una manera bastante eficaz de disfrutar de una alimentación saludable y de proteger tu estado de salud. Si llevas algún tiempo pensando en cambiar tu dieta, pero no sabes cómo hacerlo, te ofrecemos algunos consejos eficaces para que te adaptes fácilmente.
Alimentación vegana: una opción saludable y beneficiosa para el medioambiente Suele pensarse, y es cierto, que el apostar por las frutas y las verduras supone todo un acierto para aumentar tu bienestar, tu energía y tu calidad de vida. Tu organismo necesita una serie de nutrientes cada día para que su funcionamiento sea el más adecuado. De lo contrario, se producen carencias que el organismo se encarga de cubrir de otra forma, lo que termina provocando cansancio, falta de adaptabilidad y otros problemas similares.
Tras aclararse el aspecto anterior, es imprescindible subrayar que esta dieta es mucho más sostenible que la habitual a base de carne y pescado. Principalmente, porque el cultivo de frutas y verduras no conlleva la emisión de CO2 a la atmósfera o el malgasto de energía para el engorde del ganado o para la pesca.
Igualmente, se usa la tierra para sembrar verduras de temporada ayudando así a que se siga manteniendo fértil. Este uso favorece al ecosistema correspondiente, que también puede ir alimentándose de lo que se vaya sembrando, consiguiendo así mantener el entorno natural de forma eficaz.
Consejos para adentrarte en este estilo de vida
Tras aclarar los términos anteriores, nada mejor que tener en cuenta una serie de factores esenciales que pasamos a comentarte.
La importancia de las proteínas
Si comes carne o pescado, sueles tener un nivel de estas específico en tu cuerpo. Al comenzar una dieta vegana podrías experimentar cierta falta de fuerza o de elasticidad. Debes evitarlo consumiendo proteínas completas como las de la soja o el tofu. Consumir arroz, amaranto, trigo sarraceno, quinoa o mijo te ayudará. No te olvides de los frutos secos, de las semillas, de las setas y del aguacate entre otras opciones.
Los hidratos de carbono
Son el combustible de tu organismo. Una bajada en su nivel provocará que te sientas débil. Ahora bien, debes apostar por los hidratos completos para evitar que se conviertan primero en una subida de azúcar y luego en grasa. Las opciones a tu alcance son las arriba mencionadas y otras como la espelta o el centeno integral, así como los productos que los incluyan como ingredientes (bebidas vegetales y panes integrales entre otros).
La fruta, mejor sin pelar (siempre que sea posible)
El consumo de frutas es imprescindible y la opción más adecuada para conseguir que tu dieta sea más variada. Mejor si apuestas por las de temporada para que puedas beneficiarte de sus nutrientes, de la fibra y de la fructosa que contienen. Es esencial que no peles la fruta si es posible, ya que la piel permite que los azúcares se absorban poco a poco funcionando así como si de un hidrato completo se tratase.
Evidentemente, no puedes evitar pelar una sandía o un plátano, pero ambas opciones, entre otras, contienen nutrientes siempre imprescindibles para lograr un aporte nutricional adecuado. Mide las cantidades para mantener el equilibrio.
Evita consumir demasiado azúcar
Quizá te sorprenda el titular, ya que la verdura y la fruta no la contienen, pero otras opciones veganas sí. Es el caso de las bebidas vegetales que, en ocasiones, presentan menos de un 10 % de su ingrediente principal y altas cantidades de glucosa. Apuesta por la leche de arroz integral y por la de avena para evitarlo. En lo que respecta a los edulcorantes, evita la miel (tiene cerca de un 80 % de azúcar) o algunos siropes. Usa fruta deshidratada, azúcar de coco o panela en cantidades adecuadas.
Cuidado con las grasas
Deben ser insaturadas, como las del aceite de oliva virgen, el aguacate, los frutos secos (sin sal, sin tostar y con piel) y sus aceites, las pipas de girasol, el lino o la chía entre otras. Evita freír porque las grasas insaturadas se convierten en saturadas por el calor. Apuesta por cocinar al vapor, al horno o asar con la mínima cantidad de aceite posible.
¿Qué ocurre con la vitamina B12? ¿Y con la vitamina D?
La vitamina B12 es la encargada de mantener la salud de las neuronas y de los glóbulos de la sangre. También contribuye a la formación del ADN y consigue prevenir la anemia megaloblástica. Al eliminar el consumo de carne, su principal fuente, vas a notar un bajón físico y mental del que no vas a saber cómo reponerte.
No te preocupes, hay fuentes naturales que te permiten obtener la dosis recomendada. La espirulina y el tempeh te ayudarán. Sin embargo, será necesario que uses un suplemento específico para evitar síntomas como el cansancio o la inapetencia.
La vitamina D es una de las más problemáticas. Se activa exclusivamente con la luz solar y no hay verduras o frutas que ofrezcan una cantidad adecuada. Sólo las setas contienen una pequeña cantidad y no es suficiente. Los suplementos de vitamina D3, de 30 microgramos, son ideales.
¿Cómo conseguir un aporte fiable de calcio?
Las semillas, el tahini, las almendras, las alubias, las coles o los garbanzos contienen este mineral. Todas las verduras de hoja verde, los cereales integrales y los frutos secos te servirán para conseguir el nivel correspondiente.
Opciones para que no te falte el hierro
Una vez más, las verduras, las legumbres y los frutos secos son esenciales. Si quieres conseguir que su absorción sea más eficaz, combínalos con un alimento rico en vitamina C (como las mandarinas o las naranjas).
Las algas y su éxito
La mayoría de veganos parecen haber encontrado la panacea, pero lo malo es que contienen altísimos niveles de sodio. Mejor si se toman de forma ocasional para evitar alteraciones en tu organismo.
Contacta con otras personas en tu misma situación
En ocasiones, comenzar una dieta vegana no es sinónimo de tener apoyo por parte de los que te rodean. Por suerte, siempre encontrarás a personas que te recomienden frutas, verduras u otros alimentos. Comparte tus experiencias para acortar el periodo de adaptación.
No vas a cambiar de dieta, sino de forma de vida
Esta recomendación es la más importante de todas. Si a través de la dieta puedes recuperar tu salud, sentirte mejor y proteger el medioambiente, ¿por qué no probar? Seguro que el resultado es siempre positivo y que apenas notas el cambio. De ti dependerá que pienses de forma distinta, que percibas que tu organismo funciona mejor que nunca y que es posible vivir la vida de manera distinta.
Renueva tu alimentación
Se trata, simplemente, de no comer siempre lo mismo y de encontrar otras opciones que se ajusten a tus gustos personales. Dada su variedad, su sabor y la posibilidad de elegir, la fruta será siempre tu gran aliada.
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