Tu huerto urbano: siete claves del éxito y cinco beneficios

La creación del huerto urbano responde a varias inquietudes que se han ido generando en los habitantes de las ciudades. Comer mejor es una de ellas, ya que los vegetales obtenidos por métodos naturales tienen un sabor y un aroma muy intensos. En este artículo vamos a exponer algunos aspectos importantes, para que conozcas más acerca del tema.

Claves de un huerto urbano perfecto

En contra de lo que se suele pensar, un huerto no da demasiado trabajo. Hay temporadas, claro, unas con más actividad que otras, pero en general se trata de dedicarle un poco cada día. Existen ciertas consideraciones, como verás a continuación, que te van a garantizar un buen resultado.

1. Espacio y luz

Tanto si dispones de una terraza, una azotea, un terrenito o hasta de una simple ventana, hay que cuidar que el sol le dé al menos 6 horas al día. Las edificaciones vecinas o tu propia vivienda pueden proyectar sombras que perjudicarán el desarrollo de tus cultivos. Fíjate también que el lugar seleccionado esté orientado al sur o al sureste, nunca al norte. Estas dos claves de un huerto de tipo urbano son determinantes en el éxito que vayas a obtener.

2. Herramientas

Los aperos que utilizarás dependerán siempre del tamaño de la superficie que vas a sembrar. En general, un huerto mediano requerirá pala, azada y rastrillo. Para uno pequeño, las herramientas serán las mismas, pero de mano. Necesitarás además un deshierbador, una tijera de podar, una regadera, tutores y un rociador para asperjar productos orgánicos.

3. Sustrato

Los nutrientes que van a recibir tus plantas en crecimiento dependerán de la riqueza del sustrato. Te recomendamos que utilices compost, formado con restos vegetales y estiércol. Además, el sustrato debe contener partículas que le den estructura. Puedes utilizar fibra de coco, que ayudará a airear las raíces y retener el agua. Se considera lo más adecuado utilizar 60 % de estructura y 40 % de compost.

4. Recipientes

La profundidad es otro tema importante. Las macetas o jardineras deben tener al menos 30 centímetros de altura, para que puedan contener cómodamente el sistema radicular de las hortalizas que hayas elegido. En general, con esto puedes obtener con éxito pimientos, guindillas, tomates, ajos, puerros y cebollas. Las lechugas tampoco necesitan mucho sustrato, ya que su raíz es escasa.

Si quieres más holgura, cabe la posibilidad de conseguir mesas de cultivo, que son muy prácticas, ya que te permiten trabajar de pie y cambiarlas de lugar con facilidad. Los macetones tienen buena capacidad también, ya que llegan a los 50 centímetros de profundidad. Los tubérculos como la zanahoria, la patata y la remolacha tienen raíces, como es lógico, muy voluminosas, por lo que no son lo más indicado para un huerto en la ciudad, a menos que dispongas de un terreno.

5. Plantas y temporadas

Esta actividad te permitirá obtener productos muy diversos, pero debes estar atento a las temporadas apropiadas para la siembra y la cosecha. El clima, lógicamente, es determinante para obtener productos maduros y con un buen crecimiento. Haremos una lista de algunas hortalizas.

  • Lechuga: se siembra entre febrero y mayo y se recolecta a los 90 días.
  • Entre abril y mayo, empieza tus cultivos de fresas, judías y tomates. Los recogerás respectivamente al año, a los 90 días y a los 150 días.
  • Rábanos: siémbralos en cualquier época del año y estarán listos en apenas un mes.
  • Inicia tu cosecha de cebollasentre diciembre y marzo, las recolectarás en septiembre u octubre.
  • Algunas plantas aromáticas, como la menta, la salvia y el romero, pueden crecer y aprovecharse durante todo el año.

6. Semillas

Recuerda que lo ideal es utilizar semillas ecológicas, que ayudan a cuidar la biodiversidad y pueden ser luego recuperadas de los frutos. Los insectos polinizarán las flores de otros cultivos o de las plantas silvestres, y esta riqueza natural se preservará.

7. Riego y drenaje

Cuando prepares el sustrato que utilizarás, debes ocuparte de que el agua filtre hacia fuera del recipiente utilizado, para lo cual es imprescindible que tenga una cantidad suficiente de agujeros para el drenaje. Con el fin de facilitar esta función, es conveniente que en el fondo deposites 2 o 3 centímetros de grava.

Si el huerto no es muy extenso, cabe utilizar una simple regadera para proporcionarle agua. La frecuencia y el volumen dependerán del clima y de la cantidad de plantas. El riego por goteo es más práctico si tu huerto tiene cierta extensión. Dos maneras de saber si es hora de regar son: que las hojas estén mustias y que la tierra se vea seca.

Beneficios de un huerto urbano

Las ventajas que te aportará tu huerto en casa no son solo para ti y para tu familia. También existen efectos positivos para la comunidad en la que vives y para la ciudad. Veamos cuáles son.

1. Frutas y hortalizas realmente km 0

Irán directamente de la huerta a la mesa. Con esto disminuyes la huella de carbono generada por el transporte de alimentos. Además, ahorras combustible y dinero, ya que no tendrás que ir a la compra con tanta frecuencia.

2. Conoces tus alimentos

Cuando consumas los productos de la cosecha, sabrás lo que te llevas a la boca. Si has mantenido tu huerta libre de plaguicidas y abonos químicos, serán alimentos realmente orgánicos. Además, aprenderás a valorar el trabajo de los agricultores. Disfrutarás de la sazón natural, pues tus vegetales crecerán bajo el sol, dando tiempo a la naturaleza para que despliegue sus procesos y lleguen hasta el punto justo. Esto permite a los frutos desarrollar todo su potencial y óptimas cualidades nutricionales.

3. Aire, clima y contaminación

Las superficies cultivadas dentro de las ciudades mejoran la calidad del aire y la concentración de oxígeno. Y, aunque parezca mentira, contribuyen a mantener el clima más fresco, ya que la inercia térmica del agua contenida en las plantas y en el sustrato amortigua la fluctuación de las temperaturas.

Adicionalmente, disminuyes la cantidad de desechos que produces, pues el compost te permite reciclar residuos orgánicos. A su vez, los restos de tu cosecha pueden ser utilizados también.

4. Una relación saludable

Tu nexo con el hábitat tendrá una perspectiva de contemplación y paciencia. Presenciar el crecimiento de las plantitas, de las flores y luego los frutos te permitirá comprender y apreciar los ciclos de la naturaleza. Se trata de una actividad gratificante, que proporciona bienestar emocional.

El tiempo y la dedicación necesarios para atender el huerto te brindan la posibilidad de relajarte y liberar el estrés. Por otra parte, se fomenta el compromiso, ya que es un proyecto a mediano plazo. Este es uno de los mejores beneficios de un huerto doméstico, especialmente para los niños.

5. Huerto comunitario

Los huertos que se diseñan y llevan a cabo dentro de la comunidad fomentan actitudes positivas. Se estrechan lazos, se establecen relaciones más armónicas y se comparte un compromiso común. Adicionalmente, son un entretenimiento productivo y sano para todas las edades. Otra ventaja de un huerto es que puede generar un excedente que permita vender los productos, con lo que tu comunidad pueden obtener un ingreso adicional.

Crear un huerto urbano es relacionarte mejor con la vida y con la naturaleza. Cuando sea tuyo, te preguntarás cómo habías podido vivir sin esta actividad, una vez que haya ocupado su lugar en tu existencia.